Por Mariana DM
En septiembre, a casi un mes de que se haya rechazado la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, tras un plenario en Diputados, se firmó un dictamen a partir del cual se convocaba a debatir la ley de Educación Sexual Integral para modificarla y garantizar su efectiva implementación. Hoy, más de dos meses después, tanto el oficialismo como gran parte de la oposición continúan cajoneando el tema.
A pesar de que la ley de ESI lleva ya 12 años de vigencia todavía no existen medidas que controlen, y aseguren la eficaz implementación en todos los establecimientos educativos ni tampoco hay garantías de que se dicten los contenidos indispensables. Luego de la votación en Senadores sobre el aborto, se impulsaron proyectos para modificar la ley 26.150 de ESI que apuntan, principalmente, al establecimiento de contenidos básicos y fundamentales y a la obligatoriedad de la educación laica, corriendo a la religión.
A raíz de esto se propuso la eliminación del artículo N°5 de la ley, que deja en manos de cada institución la forma en que se aplicará la ley y los contenidos, teniendo en cuenta el ideario y las convicciones de sus autoridades. Esto, como es de esperar, les deja total libertad de movimiento a quienes no quieren dar ESI en sus colegios usando características de la escuela o de lxs alumnxs como excusa. Además, desde que se derogó la ley 1420 de “Educación Común” no hay leyes nacionales que protejan el carácter laico de la educación y cada provincia puede, legalmente, introducir la religión como obligatoria.
Aunque el tema está listo para ser tratado desde hace dos meses, el plan de Cambiemos, respaldado por la mayoría de los demás partidos, es no tratar el tema en la próxima sesión -probablemente la última del año- para “no re-abrir disputas” como las que se dieron en el debate sobre el aborto. Mientras que en las calles los pañuelos celestes apuntan contra la educación sexual integral bajo el lema de “con mis hijos no te metas” o “no a la ideología de género”, encabezados por grupos evangelistas y católicos, lxs legisladorxs les dan la derecha haciendo oídos sordos a los reclamos a favor de la ley y legitimando el lugar de la iglesia,
No es una lucha entre “verdes y celestes”. Tampoco se trata de conciliar posturas porque quienes “no quieren que se metan con sus hijos” no están interesados en que se respete la diversidad sexual y en que lxs niñxs sean considerados sujetos de derecho. Lo que está en juego es un derecho básico de todxs lxs niñxs y jóvenes que está siendo pisoteado cada vez que lxs legisladorxs patean el debate sobre ESI. Con la ESI se busca garantizarle a lxs niñxs y jóvenes el derecho a conocerse y respetarse a ellxs mismxs y a lxs demás para poder decidir libremente sobre sus propios cuerpos, lo que debería ser independiente de la religión que se profese en el colegio o de las convicciones de las autoridades de turno.
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