David Pike - La adormecida CGT parece haberse despabilado. La falta de consenso interno fue saldada por la corrida cambiaria y el tarifazo que reducirán notablemente el poder adquisitivo del salario. La profundización del ajuste impuesto por el FMI y el proyecto de reforma laboral terminan de contextualizar la medida de fuerza convocada para el 25-6.
La misma será sin movilización. Algo esperable de la mayoritaria central obrera, ante el malestar social generalizado y la falta de cohesión interna que le garantice el control de la situación, lo cual no le permitiría desarrollar el rol de garante de la gobernabilidad que se ha atribuido.
Las semanas previas al paro estuvieron acompañadas de negociaciones con el gobierno. La CGT propuso 5 puntos, apertura de paritarias sin techo, que no tribute ganancias el aguinaldo de mitad de año, una medida que frene los despidos, el cumplimiento de la promesa ya anunciada de devolver la plata retenida de las obras sociales y la quita del articulo de la reforma laboral que modifica el cálculo de las indemnizaciones disminuyéndolas. El gobierno cedió solo algunos puntos, otorgó 5% de aumento salarial, devolvería la plata de las obras sociales (esta promesa ya frenó un paro en su momento, no se puede frenar otro con la misma guita) y, corre la versión, de que quitaría el artículo que modifica las indemnizaciones. Sin embargo, esto no conformó a la central obrera.
Finalmente, la CGT anunció el paro con un comunicado que afirma "la necesidad de efectuar cambios en el rumbo de la política económica", la cual no hubiese sido modificada si el gobierno aceptaba los 5 puntos, pero eso ya es solamente una anécdota.
El paro general del 25-6 será acompañado por los camioneros de Moyano y, seguramente, por la CTA de Yasky que también paran mañana 14-6. En el caso de la CTA de Peidro, referenciada en ATE, modificaron su paro estipulado para el 19, unificándolo con la convocatoria cegetista. Los movimiento populares se sumarán a la medida de fuerza de este jueves con ollas populares y se espera que sean parte del paro del 25. La posibilidad de volver el paro activo y expresar el rechazo a la política económica en las calles correrá por cuenta de estos sectores, al que le podemos sumar la Corriente Federal referenciada en el bancario Palazzo.
Tal vez haya un elemento que agregar para explicar el llamado al paro general, tan reclamado por la sociedad y tan urgente ante el empobrecimiento de los trabajadores, razones que hasta ahora no habían sido suficientes. Los sectores internos de la CGT más dialoguistas como los Gordos, Independientes y el Transporte terminaron de convencerse en los últimos días de la necesidad de parar. El último empujón necesario pudo haber sido la posibilidades electorales del PJ, ante la caída de la imagen positiva del gobierno y la necesidad de contribuir a esta. La vetada ley contra el tarifazo, sumado al proyecto de ley que propone que el aguinaldo de mitad de año no tribute ganancias (citado por la CGT en su comunicado con mención a su autor Pichetto), modifican la actitud complaciente del llamado peronismo racional con el gobierno. A ese cambio, parece sumarse la CGT dialoguista, que sabe muy bien el comienzo de la marcha que convoca a la unidad, aunque olvide la parte que combate al capital.
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