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Foto del escritorRevista Resistencias

No se va a caer, lo vamos a destruir




Micaela MZ - Resulta casi un absurdo tener que salir a defender y argumentar en pleno siglo XXI algo tan fundamental como el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y sexualidades.


En Argentina según cifras oficiales se registran alrededor de 500.000 abortos por año, estas cifras sólo abarcan los abortos que devienen en hospitalizaciones, ya que al no haber una regularización por parte del Estado, no hay una cifra total y absoluta. Los 500.000 abortos es la cifra que la clandestinidad nos deja ver, es el producto de 500.000 abortos mal realizados, 500.000 embarazos no deseados, 5000.000 personas que tuvieron que sumergirse en la clandestinidad de un sistema siniestro.


Esa cifra significan 1.369 abortos por día, 57 por hora. El aborto es una realidad, existe y vulnera la vida de todos los cuerpos gestantes.

Nosotres no estamos pidiendo permiso para abortar, abortamos. Abortamos en la clandestinidad, en pabellones, en clínicas privadas que engordan sus bolsillos cobrando entre $30.000 y $40.000 los abortos que el Estado nos está negando, y en el mejor de los casos, abortamos con nuestras amigas o compañeras a través de las redes que la ilegalidad nos obliga a construir.



Que el proyecto de la campaña por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito haya ingresado al senado es un logro de todo el movimiento feminista, logro que conseguimos a través de los Martes Verdes, tomas de colegios y facultades y la vigilia histórica del 13J que encontró a un millón de mujeres y disidencias en las calles, organizades y sobretodo convencides de que estamos haciendo historia.


Y esa historia hay que defenderla, la soberanía sobre nuestros cuerpos no se negocia, tenemos la responsabilidad política de defender este derecho, por todes les que murieron o fueron criminalizades, le arrebataremos a este gobierno, a estas Iglesias y a esta democracia que carga con las muertes de 3.000 de cuerpos gestantes.


Si este proyecto se transforma en ley será una de las primeras victorias materializadas del feminismo en Argentina y habremos tumbado uno de los pilares que mantiene nuestra opresión. Si este 8 de agosto el Estado nos sigue dando la espalda quemaremos las estructuras de este sistema patriarcal antes de que las instituciones nos sigan asesinando.



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