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  • Foto del escritorRevista Resistencias

Para mantener la gobernabilidad parece imprescindible no tocar el bolsillo de los ricos

Actualizado: 2 ene 2020





Pese a la emergencia económica, sanitaria y alimentaria


«Dijo Guevara el humano que ningún intelectual debe ser asalariado del pensamiento oficial”. Silvio Rodríguez. “Tonada del Albedrío”.



Por Jorge Falcone


Inaugurando la tercera década del siglo, un gobierno que despertó la adhesión de buena parte de nuestro pueblo ha presentado sus credenciales. La oposición también. En el primero de los casos, se trata básicamente del Compromiso Argentino para el Desarrollo y la Solidaridad, un documento liminar que sienta las bases de una mesa de negociaciones que deberá ser refrendada por el Congreso y representa un espaldarazo para el Ejecutivo antes de inaugurar las tratativas con los acreedores. En el segundo caso, y en detrimento de la grave situación económica y social, a nivel nacional se puso de manifiesto el regateo a brindar quórum parlamentario haciendo hincapié en la afrenta al republicanismo que implicaría aspirar a ejercer plenos poderes, y a nivel bonaerense se trabó el paquete impositivo propuesto por el gobernador Kiciloff, todo ello acompañado por algún que otro tractorazo contra las retenciones a la producción agraria. Pero más allá del previsible tira y afloje superestructural, lo destacable de las últimas horas resulta que la movilización intransigente del pueblo mendocino consiguió derogar una ley que afectaba la defensa de las aguas, poniendo de manifiesto la funesta matriz productiva que de un tiempo a esta parte sobrevive a cualquier cambio en la Casa Rosada, y demostrando a la vez que la causa socioambiental está bien lejos de ser enarbolada exclusivamente por hippies ecologistas.


Avances y claudicaciones

El frente que prometió en campaña desahogar el estrangulamiento socioeconómico de les argentines ha comenzado – dificultosamente, merced a una oposición que contraatacó virulentamente desde el primer día – a cumplir con la palabra empeñada, entre otras medidas convocando a partir de su asunción al Consejo Federal “Argentina sin Hambre”; estableciendo una doble indemnización por despido durante un mínimo de seis meses; congelando tarifas de los servicios básicos; ajustando jubilaciones (acaso el ítem más discutible del paquete solidario) y Asignación Universal por Hijo; rebajando y congelando el precio de muchos medicamentos; implementando de inmediato la tarjeta del Programa Alimentar destinada a madres con hijes de 0 a 6 años, jubilades, pensionades, beneficiarios de la AUH, y programas sociales, para hacer compras en comercios habilitados; y derogando los últimos tarifazos de la ex gobernadora María EugeniaVidal en Provincia de Buenos Aires. La mayor parte de dichas iniciativas, lejos aún de constituir un programa de largo plazo, eran perentorias.


Por otra parte, dada la escasa disposición a colaborar de las patronales del campo, se reestablecieron retenciones en un porcentaje menor a lo que se pagaba cuando el gobierno anterior anunció la medida en 2018, y discriminando en esta oportunidad a grandes propietarios de pequeños y medianos, lo que – aún tratándose de una decisión justa -, bajo el argumento de que se habría resuelto sin una comunicación previa con las fuerzas vivas del sector, estas se han declarado en estado de alerta y movilización. Al tomar nota de tal  circunstancia, corresponde reparar en la paradoja que supone exigir – con toda la razón del mundo… pero en una democracia meramente formal – la cooperación del 40 % que votó en contra de quienes hoy gobiernan. Parecería ser pues que al actual gabinete, loteado entre el panperonismo, para conjurar el drama social que nos aqueja le tocará transitar un estrecho desfiladero de posibilidades a fin de mantener el statu quo en una situación de permanente equilibrio inestable.

En las antípodas de la Sociedad Rural, las asambleas del interior comprometidas con la defensa de los recursos naturales también han expresado su honda preocupación por el nombramiento en la cartera de Medio Ambiente de un funcionario al que atribuyen las mismas dotes que su predecesor para hacerse cargo de un tema tan urgente como afligente, y que ha sido el primero del gabinete en ser interpelado por el descontento popular. En línea con ello, el perfil del nuevo titular de la cartera de ciencia y tecnología no hace otra cosa que ratificar acuerdos con el pool bio tecnológico multinacional beneficiado por la gestión saliente. En un contexto en que la ONU prevé una catástrofe mundial para el año 2040, este damero parece completarse con la designación de un viejo abanderado de esas reivindicaciones como “Pino” Solanas en un remoto puesto en la UNESCO. Y la confirmación de que tales decisiones dan cuenta de una preocupante orientación gubernamental en el área llega con el nombramiento  como Secretario de Minería de la Nación de Alberto Hensel, quien también lo fuera de la provincia de San Juan entre 2015 y 2016, cuando la Barrick Gold produjo tres derrames de agua cianurada en perjuicio de los jachaleros y del país todo. La conflictividad originada en Puerto Madryn y en Uspallata por el avance de la mega minería ilustra  sobradamente las consecuencias que acarreará la concepción oficial sobre el tema. Aquí cabe señalar también, contra ciertas percepciones que campean en el gobierno, que ni el feminismo ni el ambientalismo merecen ser reducidos a la categoría de “nuevas demandas sectoriales”, ya que ambas causas conllevan miradas holísticas y transversales al dilema que hoy enfrenta el sistema – mundo vigente.


Sería una pena que no se revisara semejante dirección de avance, capaz de frustrar las esperanzas de muches argentines de bien ante la prórroga de una matriz productiva agroexportadora y extractivista de acumulación por desposesión que ha venido causando estragos bajo gobiernos de distinto signo político.





Qué fue de las organizaciones sociales que contuvieron al pobrerío hasta esta instancia

Este cronista desconfía del credo de la realpolitik posmoderna, que supone que la adolescencia de la política consiste en ganar las calles y la madurez en ganar las elecciones. En cualquier caso, uno lleva consigo todas las etapas de su vida. Y en lo referente a la cosa pública, las experiencias más exitosas ocurren cuando la calle dicta y el parlamento toma nota, como acaba de demostrarlo el aguerrido pueblo mendocino con la derogación de la ley que daba carta blanca a la mega minería contaminante,  dejando en claro que hay otro tipo de democracia y está frente a nuestras narices.

Constituye un secreto a voces en el seno de la militancia que, si el nivel de beligerancia social de los últimos años se hubiera mantenido con la intensidad desplegada en  diciembre de 2017 durante las protestas contra la Reforma Previsional (finalmente sancionada por el gobierno anterior), muy probablemente Mauricio Macri no hubiera llegado al 10 de diciembre, lo que habría legado a las autoridades entrantes una vara más alta para aplicar los cambios que urgen en esta Argentina devastada.

Pero el peronismo en general, y el activismo social en particular optaron por desalojar las calles y orientar las demandas de los sectores más castigados hacia una resolución en las urnas. La retribución del gobierno actual consiste en procurar que, en la búsqueda de soluciones a los temas sociales del marginamiento y la exclusión, tengan un rol protagónico los dirigentes de las propias organizaciones sociales. En esa dirección va la creación de una Secretaría de la Economía Popular (asignada al Movimiento Evita, y en la que también revistan los referentes de Barrios de Pie y el MP La Dignidad), la organización de un sindicato (UTEP) – hasta ahora   resistido por la Confederación General del Trabajo – que representará los intereses del sector, y de una Dirección Nacional para atender los asuntos de las empresas recuperadas (asignada al MNER) El tiempo dirá si tales medidas contribuyen a consolidar el poder del vasto sector de les trabajadores/as informales. O si se trata de una nueva invitación del gato al ratón.



Remándola en soledad, al sur del continente

“Le hemos hecho una pregunta muy contundente al presidente Fernández, consecuente con su discurso, que es si va a ser un abogado de la democracia en la región o si va a ser un apologista para las dictaduras y para estos caudillos que no quieren retirarse del poder, sea Maduro, o sean ex caudillos como Correa y Morales”; con estas palabras de su emisario Mauricio Claver-Carone, marcó la cancha el presidente norteamericano al nuevo gobierno argentino. En las últimas horas se supo, además, que el FBI seguirá investigando “la corrupción kirchnerista”.


Mientras, en una Venezuela asediada por el Imperio pero con la oposición cada vez más fragmentada crece el prestigio popular de dirigentes como Diosdado Cabello o Freddy Bernal; en Bolivia el MAS se apresta a definir la fórmula con que competirá en unas elecciones que tendrán lugar bajo las reglas de juego del golpismo, y  contarán con Evo Morales como Jefe de Campaña de su partido; en Brasil se torna cada vez más evidente la tensión entre el presidente Jair Bolsonaro y unas FFAA que, apegadas a una visión geopolítica desarrollista, se niegan a aceptar la actual política de aislamiento continental; en Chile no baja el hervor de una insurrección que ya acumula numerosas víctimas fatales, pese a lo cual se sigue luchando en las calles cuerpo a cuerpo contra los pacos; se espera una escalada de protestas en Perú y Panamá; y existen indicios de que el Gran País del Norte se apresta a debilitar al gobierno mejicano para reforzar un renovado control de su  “patio trasero”, a los efectos de blindarlo contra el expansionismo comercial chino.


En tanto aquí, en este remoto Sur del mundo, como contraparte de numerosas iniciativas progresivas en materia de política nacional, en el plano internacional y ante las presiones ejercidas por EEUU e Israel, el Ejecutivo condescendió a otorgar a un partido político libanés legal como Hezbollah el carácter de terrorista. A su vez, exige a Venezuela  liberar presos acusados por el gobierno bolivariano de promover el golpismo, y habilita al asilado ex presidente boliviano a desarrollar actividades políticas en territorio nacional… pero también le desaconseja fijar residencia próxima a la frontera con su país. Es sensato inferir que sobre todas estas medidas pesa la promesa de Donald Trump de interceder ante el FMI para facilitar la prórroga de pago de deuda por dos años a que aspira el Ministro Martín Guzmán. De sostenerse tal tendencia, deberá concluirse que el costo de saldar la deuda interna consiste en mantener una diplomacia complaciente para cumplir así  con el pago de la deuda externa.

Queda por ver si este gobierno, que ha hecho pública una carta de intención altamente esperanzadora, sigue dispuesto a reflotar espacios de consenso regional como el vapuleado Mercosur, árdua tarea si las hay. Para afrontar el escenario descripto e insertarse dignamente en él, no parece alcanzar con los tibios pronunciamientos del Grupo Puebla. ¿Habrá voluntad de articular con los más consecuentes aliados – que no siempre son los Estados – e ir más allá, para neutralizar la estrategia históricamente balcanizadora del Imperio? Como de costumbre, la resolución de tal dilema pendula entre el pragmatismo de los timoratos y la temeridad de los audaces.-



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