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La desigualdad de género en números




Por Mariana DM


La desigualdad de género atraviesa todos los ámbitos de la vida, y el mercado de trabajo no está exento de ella. En base a los datos arrojados por las Encuestas Permanentes de Hogares (INDEC) del 2do trimestre del 2018 y según un informe de Economía Femini(s)ta, es posible ver de manera empírica y numérica la desigualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral. Desde hace siglos las mujeres tienen más dificultades para desempeñarse en el mundo del trabajo. Hoy, en tiempos de ajuste y neoliberalismo, estas condiciones se profundizan aún más.


Las mujeres siguen siendo la población más desfavorecida y, por lo tanto, los recortes y los despidos masivos que se vienen dando sistemáticamente como parte las políticas neoliberales del gobierno de Macri, las afectan más que a los hombres. Esto es una realidad y está reflejada en los números.


Al interior del mercado laboral las desigualdades se perpetúan. En término salariales, independientemente de la categoría ocupacional, la calificación o la jerarquía, las mujeres ganan en promedio un 25,5% menos que los hombres en el mercado laboral. Aún así, teniendo en cuenta otros ingresos como jubilaciones, subsidios o cuotas alimentarias, la diferencia continúa siendo desfavorable para ellas, ya que perciben un 26,2% menos. Es decir, las mujeres están en peores condiciones en comparación con los hombres, lo que significa que trabajen donde trabajen y el tiempo que trabajen, probablemente les cueste mucho más que a los hombres mantener una vida digna y menos ajustada a fin de mes. Sin embargo, si se hurga un poco más en estos números, las cosas empeoran.





Dentro del trabajo no registrado la desigualdad se agudiza más dado que las mujeres ganan en promedio un 34,7% menos que los hombres, es decir que la brecha salarial se amplía ante peores condiciones. Por otro lado, teniendo en cuenta la calificación, la brecha es de un 23,1% a favor de los hombres, lo que significa que a igual calificación, los hombres siguen ganando más que las mujeres. En los puestos no calificados la diferencia se agranda, pasando a ser un 33,2%. Por otro lado, a pesar de que en el mercado laboral, en promedio, las mujeres ocupadas están más formadas que los varones, a igual nivel educativo, los ingresos de aquellas son inferiores. Por ejemplo, las que tienen nivel universitario o superior ganan un 28,5% menos que los hombres del mismo nivel y las que cuentan con nivel primario, 41,2% menos.


Estos números son algunos ejemplos que sirven para ver de manera cuantificada la desigualdad de género en lo que respecta al trabajo. En cualquiera de sus formas, registrado o no registrado, calificado o no calificado, de mayor o menor exigencia educativa, el trabajo reproduce lógicas machistas y patriarcales que perjudican la vida laboral de las mujeres. No sólo tienen más obstáculos para conseguir un empleo, sino que una vez adentro, las condiciones continúan manteniéndolas un escalón más abajo. Si la situación laboral con el gobierno actual y sus políticas de ajuste empeora para los hombres, para las mujeres se vuelve imposible.




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