El reclamo por un protocolo que establezca cómo prevenir y actuar ante situaciones de violencia de género en las escuelas fue una de las reivindicaciones de las tomas de colegios recientes y del año pasado. Luego de meses de lucha, lxs estudiantes consiguieron el protocolo, que fue sancionado por el Ministerio de Educación, para hacerle frente a la violencia machista.
Mariana DM - El avance del feminismo y la ola de concientización acerca de la violencia machista es parte de la lucha del movimiento estudiantil. El origen del protocolo anti-violencia de género surgió de las mismas estudiantes que comenzaron a visibilizar situaciones en las que habían sufrido algún tipo de acoso por parte tanto de compañeros, como de docentes o autoridades. Pero aunque comenzaron a poder contar esas situaciones y hacerlas públicas, seguían sin tener herramientas para prevenirlas, para avanzar sobre la causa o guías de acción para con los victimarios y también con las mismas víctimas. Al no existir un protocolo, las víctimas debían convivir con sus victimarios en la misma aula siendo este estudiante o docente.
Durante el año pasado, lxs estudiantes tomaron más de 30 colegios para hacerle frente a la reforma educativa que quiere llevar adelante el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Este reclamo fue acompañado por otras exigencias como la efectiva implementación de la Educación Sexual Integral y la sanción de un protocolo contra la violencia de género. Tras estas medidas, lxs estudiantes no se quedaron de brazos cruzados y decidieron ellxs mismos armar un protocolo que respondiera a las demandas del estudiantado. Finalmente, con la colaboración de la Defensoría del Pueblo se presentó un protocolo al Ministerio de Educación de la Ciudad que prometió aprobar para mayo de este año.
A pesar de las promesas del Ministerio, el protocolo fue bajado recién el 14 de junio, día en que se aprobó la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Para ese entonces, 12 colegios estaban tomados apoyando la sanción de la ley e insistiendo con la demanda por el protocolo y la aplicación de la ESI.
El protocolo conquistado
El nombre que lleva el protocolo es “Protocolo de acción institucional en escuelas secundarias y establecimientos terciarios para la prevención e intervención ante situaciones de violencia de género y discriminación basada en la orientación sexual e identidad de género o su expresión”, cuya función es promover una guía de acción eficientes ante situaciones de violencia y discriminación basada en el género de la persona, su orientación sexual, su identidad de género o su expresión, que restrinjan el libre uso de sus derechos. También contempla formas de abordar las consultas y denuncias recibidas, para brindar apoyo y contención integral.
Otra respuesta que da el protocolo gira en torno a que se capacite y asesore a los docentes, no docentes y el resto de las autoridades para tratar estos temas tanto en la prevención como en el acompañamiento posterior de la víctima y la sanción al acosador. Con respecto a este último aspecto el protocolo plantea que se debe facilitar “a quien ejerce violencia de género o discriminación, el acceso a los programas de asistencia médica o psicológica, a través de dispositivos reflexivos, educativos o terapéuticos tendientes a la modificación de las conductas violentas o discriminatorias”.
Lxs estudiantes celebraron la sanción de este protocolo, pero advirtieron que la aplicación del mismo conllevará la presión del estudiantado ante las prácticas machistas instaladas en las instituciones educativas y sus autoridades. Malena Briones, del Centro de Estudiantes de la Escuela de Bellas Artes Rogelio Yrurtia, agrega que “lo que falta hace 12 años es la Ley de Educación Sexual Integral. Los docentes y directivos no están capacitados. Es una de las grandes promesas incumplidas del Ministerio y ahora es más necesaria que nunca. Si se cumpliera no necesitaríamos el Protocolo. Es una clave para lograr una sociedad sin machismo”.
La lucha del movimiento estudiantil consiguió una nueva conquista con la sanción de este protocolo. Una sociedad movilizada por las demandas del movimiento feminista tiene su eco en uno de los sectores más dinámicos de la sociedad como son lxs estudiantes secundarios. El camino de este conquista no ha sido otro que el llevado adelante hace un siglo atrás por lxs estudiantes cordobeses que consiguieron la reforma universitaria a fuerza de movilizaciones y tomando las instituciones.
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