Mariana DM - A diez días de que se vote en la Cámara de Senadores por el aborto legal, seguro y gratuito, el recuento de votos previo revela una ajustada competencia. Como pasó en la instancia anterior, las diferencias son mínimas y habrá que esperar al 8 de agosto para conocer efectivamente el resultado final. Sin embargo, en la instancia actual se suma una alternativa más a las opciones de voto: modificar el proyecto original.
Cada vez falta menos para el 8 de agosto, día en que lxs senadores y senadoras votarán por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Como pasó ya en Diputados, el centro de atención está en los indecisxs, pero a diferencia de la instancia anterior, ahora existen tres opciones de voto: a favor de la ley, en contra o por modificarla. Este miércoles será clave para resolver qué dictamen tiene mayor cantidad de firmas y por ende, en qué orden se vota.
Un grupo de senadorxs cordobesxs (Carlos Caserio, Laura Rodríguez Machado y Ernesto Martínez) es el que impulsa con mayor fuerza la reformulación del proyecto, haciendo hincapié en 3 puntos claves: acortar el plazo para que se realice el aborto legal de 14 a 12 semanas; incluir la objeción de conciencia institucional, lo cual permitiría que establecimientos privados no realicen abortos debido a creencias religiosas o morales; y eliminar la penalización de aquellxs médicxs que dilaten, obstaculicen o se nieguen a practicar un aborto, que establece el artículo 2 del proyecto aprobado en Diputados.
Desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito se oponen rotundamente a las modificaciones propuestas y un grupo importante de senadorxs comparte esta posición. Enviar el proyecto de nuevo a Diputados implicaría que estxs deberán aprobar las modificaciones u obtener una mayoría más amplia que lxs senadorxs para aprobar el texto que obtuvo la media sanción, pero también abre la posibilidad que la ley no sea vuelta a tratar y caiga la media sanción. Modificar el proyecto original por parte de lxs senadores es ir contra la voluntad de las mujeres y de su derecho a decidir sobre su propio cuerpo.
La aprobación definitiva del proyecto necesita de, por lo menos, un voto más que el rechazo (serían 37 votos si se encuentran presentes los 72 integrantes que componen la cámara), ya que en caso de haber un empate la decisión final estará en manos de la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, quien como es sabido, votará en contra de la ley. Si la mayoría rechaza la ley, esta podría volver a tratarse dentro de un año.
El movimiento feminista no va a dudar en copar las calles el próximo 8 de agosto para manifestarse por sus derechos. Se espera una movilización mayor aún al millón de personas que acudieron a los alrededores del Congreso el pasado 13 de junio. La conservadora cámara de Senadores no dudará, como lo hicieron hasta hoy, en intentar mantener la dominación patriarcal que decide sobre el cuerpo de las mujeres. La presión popular logró el tratamiento de la Ley, la media sanción y ahora quiere definitivamente el aborto legal. Las calles son del movimiento feminista, la victoria más temprano que tarde también.
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