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Foto del escritorRevista Resistencias

Envión: la política pública premiada que compite con Rappi



Por Elizabeth Kellado


Con mucho orgullo, la municipalidad de Avellaneda publicó que el programa Envión fue premiado por la UNESCO como mejor política pública local inclusiva. Una política que pelea cabeza a cabeza con Rappi, Uber y Glovo en el ranking de precarización laboral.


Tal vez muchos de ustedes no sepan que es Envión. Les voy a contar: Envión es un programa de promoción de derechos para adolescentes en situaciones vulnerables, un programa aplicado por Provincia de Buenos Aires, que además trabaja con ejes básicos como salud, educación y trabajo, entre otros. Es la casa de muches pibas y pibes de entre 12 y 21 años. Ahí les enseñan oficios, les dan apoyo escolar, les dan a les pibes las herramientas para insertarse en el mercado laboral sin abandonar los estudios. Si bien es una política provincial, a través de un acuerdo de coparticipación, cada municipio se debe hacer cargo de cierta cantidad de sedes, desde la estructura de éstas, hasta la contratación del equipo técnico que va a trabajar allí. Cada distrito pone la mano de obra y la fuerza de trabajo, y provincia el dinero para las becas de les beneficiaries y los sueldos del equipo. En otras palabras, la provincia terceriza.


Cualquiera de las sedes o subsedes está en esos barrios que el estado provincial sólo recorrió con botas de goma, acongojado, cerca de alguna campaña electoral. Les uniques que realizan un trabajo genuino y diario son estes trabajadores en condiciones en las que nadie quiere trabajar, pero que nadie quiere mejorar.

Les trabajadores de Envión son un poco psicólogues, un poco maestres, un poco tutores, un poco familia, otro poco chefs, incluso electricistas, plomeres, y hasta pintores en alguna ocasión. Un poco de todo. Pero como todo cuento, tiene su lado más oscuro

Saben que, al igual que quienes trabajan para esas aplicaciones, les trabajadores de Envión, no tienen ART. Ni ningún seguro que los cubra ante cualquier accidente de trabajo. Por ende, cualquier cosa que ocurra en la sede, camino a la sede, o incluso en alguna visita a la casa de algún beneficiarie con les trabajadores sociales que forman parte del equipo, corren por cuenta del trabajadore. Ahora problematicemos. Cualquiera de las sedes o subsedes está en esos barrios que el estado provincial sólo recorrió con botas de goma, acongojado, cerca de alguna campaña electoral. Les uniques que realizan un trabajo genuino y diario son estes trabajadores en condiciones en las que nadie quiere trabajar, pero que nadie quiere mejorar.


Actualmente el gobierno de la provincia de Buenos Aires destina, para cada miembro del equipo técnico, 7600 pesos al mes. Si. Sólo 7600 pesos.

Cómo hacer, entonces, en un contexto donde la canasta básica es de 35mil, para subsistir con un sueldo así. Incluso trabajando en alguna de esas apps, por día se podría ganar más de lo que cualquier trabajador de Envión. Y sin tener la responsabilidad de incluir, acompañar y empoderar a esos braian de los que más de une sólo se acuerda cuando hay que estigmatizar porque fue a fiscalizar.


Les trabajadores de Envión son monotributistas. Si. Como los de Rappi, o Uber, o Glovo, aparecen como autónomos. Como les de tránsito de la ciudad. Pero elles si son noticia. Porque vale más perseguir y marginar, que abrazar y empoderar. Porque parece ser que para Vidal, como para los grandes medios que manejan el poder, el villero en la villa debe quedar. O en la cárcel. Pero nunca en el mercado laboral, y mucho menos en la Universidad.  No. La noticia no es que vaciaron el Envión, que algunas sedes se caen a pedazos. Ni que sus trabajadores están precarizados.


El blindaje mediático sigue favoreciendo a unes poques, y no a les pibes, eses pibes que se encuentran ante un Estado que vació y precarizó la única política pública destinada a la promoción de sus derechos.

Envión en 2019 cumplió 10 años, y aunque la UNESCO se encargó de premiarlo, Vidal se encargó de vaciarlo. Tal vez, con el avance de las nuevas tecnologías, sólo intentaron hacer que les trabajadores cambien los barrios por las bicis, les pibes por pedidos, los derechos por aplicaciones instaladas en algún celular. Cambiar de rubro, porque al parecer, garpa mas el papá que va en la bici a laburar. El blindaje mediático sigue favoreciendo a unes poques, y no a les pibes, eses pibes que se encuentran ante un Estado que vació y precarizó la única política pública destinada a la promoción de sus derechos. La de elles, que ya no son niñes. Que ya no le importan a la moral. A les que sólo se recuerda para estigmatizar y marginar. Porque como dijo una vez la gobernadora bonaerense, "los pobres no llegan a la Universidad". Les pobres en la pobreza deben quedar.


Y aunque la situación puede variar de distrito a distrito según la gestión municipal, donde como en La Matanza o Avellaneda es reconocido y se invierte más para compensar el abandono, en otros de los 135 municipios que cuentan con el programa todavía falta mucho para eso. No debemos olvidar que Envión es un programa provincial. Sólo me queda preguntar, si la nueva gestión recordará que esos múltiples trabajadores y trabajadoras el último aumento que vieron vino en blanco y negro. Y que son elles quienes se ponen al hombro la hermosa tarea de empoderar y llenar de derechos y conquistas a cada pibe y cada piba de cada barrio.


¡ENVIÓN NECESITA QUE RECONOZCAN SU TRABAJO!


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