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En el mes de la memoria: Suspender el pago e investigar la deuda es honrar los Derechos Humanos



Por Jorge Falcone


Nuestro verano culmina con estadísticas que dan superávit al turismo de cabotaje en sierras y costas pero escamotean el dato de cuántxs argentinxs debieron resignar sus habituales vacaciones en el extranjero, con medios de comunicación que atribuyen las grescas en boliches bailables a la existencia de deportes violentos, y el consumo de cocaína en los choferes de media y larga distancia a su endeblez moral. Pero escasean datos sobre compatriotas que se llevó puesto este calentamiento global que viene tropicalizando un clima que alguna vez tuvo cuatro estaciones bien definidas, se desconoce si desde el vértice de la cartera de educación y la televisión pública se reforzarán las políticas antipatriarcales que nos siguen imponiendo convivir con neandertales, y por ahora parece poco probable que un arco militante que supo escribir páginas heroicas vuelva a poner en debate al capitalismo como principal enemigo de la humanidad.


El premio consuelo de algunxs que no tuvimos resto para cambiar de aire fueron algunas series de Netflix como la italiana “Luna Nera”, que revisando el medioevo europeo se hace eco de esa imparable ola feminista que volverá a decir presente en otro mes de marzo. Lo cierto es que, para quien pudo disfrutarlo, acabó el “recreo”: Quien lo tiene, vuelve al trabajo; quien puede, vuelve al aula; el presidente abre las sesiones parlamentarias intentando seducir a lxs primerxs desencantadxs, con el telón de fondo de un riesgo país próximo al 4%; las patronales agrarias “negocian” retenciones al volante de sus tractores... y lxs convencidxs de que sobrevivir no es vivir, vamos retornando, “atentos y vigilantes”, a pie de calle.


“El riesgo es que da la sensación de que hasta que no se salga de la negociación por la deuda (¿fines de marzo? ¿fines de abril?), el gobierno aparece como impotente para dar más, como freezado en el tiempo, con una sociedad por ahora expectante que en cualquier momento sale a decir no sé lo que quiero, pero lo quiero ya”.


Eduardo Blaustein,

Licenciado en Ciencias de la Información

por la Universidad de Barcelona





Contra la dictadura de las finanzas


En el último encuentro celebrado con nuestro Ministro de Economía Martín Guzmán, la titular del FMI Kristalina Georgieva reclamó conocer un plan económico del que el gobierno argentino carece o no desea hacer público hasta lograr la reestructuración de la deuda, propósito para el que ha fijado como plazo el último día del mes en curso. En entrevista televisiva con la cadena Bloomberg, la funcionaria había invocado un status de “acreedor privilegiado” en tanto la del organismo que preside es la condición de “prestamista de última instancia”, concluyendo que por tanto no va a conceder quitas a nuestra deuda. Vale la pena recordar que Argentina es por lejos el principal deudor del FMI, seguido por Egipto, Ucrania, Pakistán y Grecia.


De confirmarse el anuncio acerca de que nuestro país no comenzará a pagar el crédito hasta 2024 ni realizará reformas previsionales o laborales, habrá que rezar por el éxito absoluto de esta gestión y para que el próximo gobierno no tenga el signo del anterior, ya que la noticia sabe a arrojar la basura en el patio del vecino, y el retorno de lxs depredadorxs equivaldría a desconectar a una Argentina en coma profundo.


Para los sectores políticos que no han perdido la paciencia aún ante las contradicciones e indefiniciones del oficialismo, en marzo también caduca el plazo de gracia que se otorga a cualquier nuevo gobierno. Por tanto, irá perdiendo peso el argumento de que se trata de autoridades recién asumidas, ante lo cual - obviando a esa oposición bolsonareana que no da respiro desde el 10 de diciembre - propios y ajenos comenzarán a opinar ya sin reparos.


En tal contexto, no pocos analistas consideran que el amague de default producido por el gobernador Kicillof, seguido de un pago contante y sonante a los acreedores, no constituye buen augurio para la renegociación nacional de la deuda. Es más, periodistas otrora alineados con el kirchnerismo - como Tognetti, Víctor Hugo, o Navarro - se aventuran a opinar que por dicho camino volveríamos a ser colonia de EEUU.

Por otra parte, ya para brindarle oxígeno al gobierno a los efectos de que negocie con las manos libres o ya para exigir la suspensión del pago en pro de una investigación transparente, a partir de la visita a nuestro país de una delegación del FMI, vastos sectores de la población han comenzado a manifestarse frente al yugo del odioso empréstito incrementado exponencialmente por la gestión anterior, dando así los primeros pasos hacia lo que promete ser la madre de todas las batallas en la gestión de Alberto Fernández. Por lo pronto, la misión técnica del organismo emitió un documento en el cual consideró que “un refinanciamiento manejable y un crecimiento del Producto potencial satisfactorio no es económicamente ni políticamente factible”. Y retorna expresando que aún “no hay negociaciones, sólo discusiones”.


Aquí cabe ratificar que ese es hoy el parteaguas de la política nacional. Porque, aunque algunos votantes del actual gobierno opinen en voz baja que este va adoptando una orientación más socialdemócrata que nacional-popular y más portuaria que federal, el mismo asumió en nombre del movimiento que construyó en Argentina el Estado de Bienestar y que más hizo por la Justicia Social de sus habitantes. De modo que una cosa aparece clara ante la vista de quien no pretenda engañarse: Pagando la deuda a libro cerrado no se puede seguir hablando en nombre del peronismo. Y, en consecuencia, comienza la cuenta regresiva para esta nueva oportunidad histórica. Congraciarse con el sionismo genocida como destino inaugural de una gira internacional, aceptar de un plumazo ejercicios militares de tropas norteamericanas en territorio nacional, o prorrogar por tiempo indeterminado el cautiverio de l@s pres@s por luchar, son decisiones que no habilitan a cifrar grandes expectativas en la gestión en curso. Por ende, ya que el capitán del barco manifestó en su discurso de asunción que ante un eventual desvío de sus objetivos de campaña salgamos a la calle y se lo hagamos notar, corresponde que la tripulación se haga cargo de dicha exhortación y aporte algo más que enarbolar la consigna “Fuerza Alberto!”.


Sabido es que el sistema-mundo es muy otro que el que vivió aquella generación que no ahorró ningún sacrificio en pos de muchos de los principios con que asumió el oficialismo, y no precisamente guardando un obsecuente silencio sino discrepando - cuando hizo falta - incluso con el creador del movimiento, aunque tal “osadía” le ganara, como a Prometeo, ser condenada por el Olimpo a que un buitre le devore el hígado por el resto de los tiempos. La zozobra del socialismo real y la insuficiencia de la Década Larga Progresista en Nuestra América deja a la militancia a la intemperie ante el tsunami de un capitalismo de exterminio, y la enfrenta a un escenario de destrucción tal del tejido social que ya no puede inaugurarse un trabajo político sin antes garantizar insumos tan elementales como alimento y abrigo para sus destinatarixs. Y las urgencias de un presente semejante imponen tal vértigo a las respuestas que la realidad demanda que la mayor parte de las organizaciones sociales no atina a compatibilizar un importante crecimiento por vía reivindicativa con la imprescindible pero aún magra formación estratégica de sus cuadros. Así, buena parte de ellas se ha ido fracturando en una versión más intransigente y otra más conciliadora frente a la democracia formal. En advertir esa perniciosa tendencia de las fuerzas populares y tomar con urgencia las providencias del caso reside hoy su desafío, si no desean que estalle en mil pedazos la única masa crítica capaz de trabar la mandíbula de un sistema que nos devora con apetito insaciable.


Por un memorialismo exhaustivo


Hace poco levantó significativa polvareda, sobre todo entre los organismos defensores de los DDHH, el sorpresivo gesto papal de enviar varias decenas de rosarios bendecidos para genocidas detenidos por crímenes de lesa humanidad. En una reunión que oportunamente mantuvo con el vicario castrense Santiago Olivera - sacerdote que tiempo atrás justificara que el Gobierno de Mauricio Macri calificase de “héroes” a militares golpistas -, designado en 2017 por el mismo Bergoglio, este pidió que les sean entregados, ante lo que aquel declaró a la prensa que "Son hijos de la Iglesia y también están bajo el pastoreo del Santo Padre”.


En un presente signado por el capitalismo más salvaje y depredador de la historia, del que fueron sicarios los destinatarios de dicha deferencia, confunde no sólo a la grey católica el relativismo ético de la Santa Sede, que hasta ahora venía pronunciándose a favor de l@s condenado@s de la tierra, en gran medida victimizados por los genocidios socioeconómicos cimentados con picana y FAL por la Doctrina de Seguridad Nacional que campeara en Nuestra América durante los 80s.


A este respecto, con su proverbial vocación de “estadista a la europea”, nuestro presidente pendula entre gestos auspiciosos y otros bastante desafortunados.


Entre los primeros, consignemos que en su paso por el Vaticano mantuvo autonomía de criterio respecto a un tema tan candente como el del aborto legal, seguro, y gratuito, y durante su gira internacional se comprometió ante organismos de DDHH europeos a decretar una ley que sancionará todo gesto de negacionismo en relación a nuestro propio holocausto. Entre los segundos, cabía no pasar por alto que al encabezar en Campo de Mayo el acto de despedida del contingente que cumple funciones en la Fuerza de Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre se refirió al divorcio FFAA-Sociedad Civil señalando que “toda la Argentina debe dar vuelta una página que nos distanció mucho tiempo por la inconducta de algunos”. Muy a pesar del intento de rectificación posterior, cabe preguntarse si al hacer referencia a un tema tan sensible no corresponde hablar sin ambigüedades que den lugar a dobles interpretaciones, y en sintonía con un veredicto social mayoritario.


Muchxs argentinxs consideramos que, aún desde el más loable deseo de reencuentro de nuestra sociedad, no es con desfiles ni gestos de buena voluntad que se cierran las heridas del pasado, sino redoblando el esfuerzo por desclasificar documentos reservados que den cuenta acerca de cuál fue el destino final de los detenidos-desaparecidos, brindando pistas sobre cuál puede ser el paradero de sus hijos apropiados como botín de guerra, y castigando debidamente a los responsables de mucho más que “inconductas”: De una plan de exterminio y sometimiento exportado por los colonialistas franceses, sistematizado por el imperialismo yanqui, y adoptado por las dictaduras del Cono Sur. Mientras no haya una política soberana de Defensa Nacional ni se imparta una formación sanmartiniana a lxs uniformadxs, lo más recomendable sería guardar un respetuoso silencio sobre el particular, ya que lo que está en juego en todo caso no es una riña callejera entre vecinos, de esas que a la larga se resuelven con un abrazo.


Y si de tener presente nuestro pasado se trata, este año se cumplen 45 del “Operativo Independencia”, encarado en la Provincia de Tucumán por el gobierno constitucional de Isabel Martínez de Perón, iniciativa que sirvió a las FFAA como experiencia piloto del genocidio que se llevaría a cabo a partir de 1976, ya bajo un gobierno de facto.

Dado el signo ideológico que lo impulsó, hay una deuda aún impaga por los gobiernos peronistas que le sucedieron desde la recuperación democrática - y muy particularmente por el Partido Justicialista - para con todxs lxs argentinxs: La de juzgar los crímenes cometidos durante aquella gestión y condenar a todos los funcionarios que en 1975 firmaron o avalaron el decreto de "aniquilamiento de la subversión" que dio paso a la encarnizada cacería de la generación más altruista que hasta ahora dio la Patria.

En nombre de la Memoria, la Verdad y la Justicia - y sin desviar el eje trazado por los juicios en curso, sino con el ánimo de profundizarlos -, sería sumamente sano que l@s protagonistas de heroicas resistencias contra todas las dictaduras no vieran mancilladas sus banderas a los pies de asesinos como José López Rega o cipayos como Carlos Saúl Menem, aunque ello supusiera que pongan las barbas en remojo numerosos funcionarios vitalicios de la democracia colonial vigente.


Y si hablamos de reparaciones pendientes, cabe recordar también que la justicia federal de La Plata juzgará a partir del próximo 5 de mayo a 14 represores, entre ellos Miguel Etchecolatz - seguro mentor de la segunda desaparición del albañil de Los Hornos Jorge Julio López - y el médico policial Jorge Berges, imputados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar en los centros clandestinos de detención Pozo de Banfield y Pozo de Quilmes, situados en la Provincia de Buenos Aires.


El Tribunal Oral Federal 1 de La Plata acordó además que las audiencias se realizarán en la sede de los Tribunales Federales platenses y que en la primera se lea una síntesis del requerimiento de elevación a juicio.


El Pozo de Banfield funcionó bajo la órbita de la Brigada de Investigaciones de Banfield, en las calles Siciliano y Vernet de Lomas de Zamora, cabe subrayar que lo hizo desde 1974 hasta al menos octubre de 1978, según testimonios de los sobrevivientes. De las 253 personas que fueron torturadas allí, 97 permanecen desaparecidas y al menos 16 son mujeres que dieron a luz en su maternidad clandestina.


El Pozo de Quilmes funcionó en la sede de la Brigada de Investigaciones de Quilmes, en las calles Alison Bell y Garibaldi, y pasaron por allí 183 víctimas.


Según declarara el ex detenido Víctor Carminatti, a buena parte de sus compañer@s secuestrados y asesinad@s a partir de la “Noche de los lápices” se los mantuvo clandestinamente en cautiverio en la Brigada de Investigaciones de Banfield - que dependía operacionalmente del Primer Cuerpo del Ejército - a causa de su compromiso con la lucha por la liberación nacional, pese a que el motivo por el que trascendió el caso fuera una gestión realizada ante las autoridades en procura de conseguir un boleto estudiantil.


El testigo Francisco Fanjul manifestó que se enteró por intermedio de una funcionaria de Institutos Penales de nombre Argentina Guzmán que, en ese grupo de prisioner@s se encontraba María Claudia Falcone, quien fuera reconocida por aquella mujer a través de una fotografía.


Por su parte, Nora Alicia Ungaro oportunamente también confirmó que mientras se encontraba detenida, otras personas que se hallaban en su misma situación le contaron que su hermano, junto con el citado grupo de estudiantes secundarios, estaba detenido en el mismo lugar.


Finalmente, Atilio Gustavo Calotti, en igual sentido, declaró mediante exhorto diplomático haber permanecido privado de su libertad para la misma época que las víctimas de aquel fallido intento por disciplinar a una juventud rebelde que continúa movilizada e ignorando dicho escarmiento.


Como el resto de los 30.000 detenidxs-desaparecidxs, aquellxs compañerxs sacrificaron sus vidas en el afán de forjar una Patria liberada, bien diferente a la que el Norte Global aún pretende doblegar, ahora mediante una deuda odiosa e impagable.-





Jorge Falcone, realizador Cinematográfico especializado en Animación (IDAC, 1992) Documentalista y escritor. Profesor de la Universidad de Palermo en el Departamento Audiovisual y el de Investigación y Producción de la Facultad de Diseño y Comunicación.


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