Mariana DM - Tras aproximadamente 17 horas de debate, la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti anunció el rechazo a la Ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo con 38 votos en contra, 31 a favor y 2 abstenciones. Una vez más la derecha, el conservadurismo y las iglesias se llevaron puesta la voz del pueblo. Siguen negando derechos. Mientras tanto a las mujeres e identidades disidentes les queda continuar la lucha por sus derechos para que el aborto sea ley en 2020.
A las 10 de la mañana se dio inicio a las exposiciones de los y las senadoras para argumentar la aprobación, o no, de la ley por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Durante horas desfilaron discursos nefastos, propios de siglos pasados, que iban desde el desconocimiento del proyecto a tratar o los alternativos, como el caso de la senadora del PJ Cristina López Valverde, hasta la minimización de las violaciones, como expresó el senador del mismo partido, Rodolfo Urtubey, pasando por la infaltable comparación con animales, esta vez con chimpancés, de la mano del senador de Cambiemos, Esteban Bullrich.
Esos discursos anti-derechos ganaron la votación pero no las calles. Mientras se debatía la ley, afuera del Congreso y distribuidos por todas las calles de los alrededores, miles de gritos de mujeres y disidentes se fusionaban en uno: ¡que sea ley! Durante horas estuvieron expectantes a lo que sucedía dentro del Congreso pero también, uniéndose, cuidándose, dándose calor y aliento a pesar de que desde hace unos días ya se podía percibir el desenlace de la votación.
A pesar de que los “pro-vida” festejen esta victoria como si fuera un Boca-River, acá no hay nada que festejar. No se salvan las dos vidas, no se salva ninguna vida, las pibas se van a seguir muriendo por abortos clandestinos. Pero, a partir de hoy, los culpables de las muertes de esas mujeres tienen nombre y apellido. La mujer seguirá siendo penalizada y la maternidad obligatoria, esa es su victoria.
Las instituciones democráticas y representativas volvieron a hacer oídos sordos a los reclamos del pueblo. Pero la gente no se calla, las pibas van a seguir luchando hasta que el aborto sea ley. Ya se ganó la despenalización social, el aborto dejó de ser un tema tabú. Hubo transformaciones a nivel social y cultural y esta es una ola mundial que viene creciendo hace años y no va a parar hasta conquistar todos sus derechos.
