Por Valeria Fariña y Guillermina Roca
*Resumen Latinoamericano
En esta nueva entrevista de Argentina En Cuestión, Yanina Waldhorn y Viviana Miño del Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional (organización que integra el Movimiento de los Pueblos) hablaron sobre la situación general que atraviesa Argentina desde la asunción de Macri, y cómo impacta el nuevo contexto a las mujeres. Además narraron sus experiencias organizativas, las ideas centrales y tácticas políticas que han sostenido hasta el momento y las expectativas en el movimiento feminista de cara al 34 Encuentro Nacional de Mujeres. Ambas se definen como feministas del Abya Ayala y ponen hincapié en la construcción de esa perspectiva.
Las elecciones y las formas de luchas tuvieron mención especial en esta entrevista, considerando que estamos atravesando un año electoral que está plagado de campañas, formulas, alianzas y programas que vuelven otra vez a reivindicar el pago de la deuda externa y los planes con el FMI. Realistas pero optimistas las dos compañeras compartieron reflexiones, preguntas, prácticas, avances y problemáticas diversas que se abren en este siglo XXI, donde el socialismo, para ellas, sigue siendo el horizonte.
Crisis económica y social: consecuencias para las mujeres
-Bueno, para empezar queremos preguntarles, ¿cómo ven y qué análisis hacen sobre la situación que está atravesando Argentina desde que asumió Macri?
-Yanina Waldhorn: Vemos que en los últimos años hay mayores niveles de pobreza. La inflación, que comenzó en los últimos años del gobierno de Cristina, se estalló con Macri. El año pasado cerramos con el 50% de inflación y los salarios de las y los trabajadores se minimizaron: hoy están cobrando menos de la mitad de lo que recibían el año pasado. En los territorios organizados, que es donde nosotres estamos, las “barriadas”, vemos que en los comedores se duplicó la cantidad de gente que está viniendo. Allí, hoy las tareas de educación se hacen muy imprescindibles porque muchos están abandonando las escuelas, incluso los y las adultas que estaban finalizando sus estudios secundarios. Por otra parte, también la situación de salud en general está empeorando, porque si no hay plata para pan y para la leche menos va a haber para remedios. Así es que hay muchos compañeros y compañeras en los territorios que tienen algún problema de salud, como asma o bronco espasmos, que llegan a peores situaciones que antes porque no tienen centros de salud o porque no tienen recursos para asistir al hospital; a veces, no hay ni para cargar la sube. También se dan situaciones, por ejemplo, en las que si a un chico se le mojan las zapatillas no tiene con qué ir a la escuela y no va, porque no tiene otro par de zapatos.
-En este contexto de empobrecimiento general que estamos viviendo, ¿qué sucede con las mujeres, cómo las afecta?
-Yanina Waldhorn: La situación de nosotras, las mujeres, suele estar peor. A mayores niveles de empobrecimiento, la precariedad es mayor en las mujeres. Las situaciones de pobreza son mayores y las recargas en las tareas de la casa son peores para nosotras. Es como bastante negativo el análisis de la coyuntura para nosotras, tanto en lo económico, social, laboral, como en lo que tiene que ver con los niveles de lucha, porque si bien nosotras y nosotros nos mantuvimos en la calle luchando por trabajo, por mejores condiciones de trabajo; sea cooperativo, de economía popular o un trabajo digno, incluso para que quienes están cobrando un salario formal tengan mejores paritarias, la realidad es que eso no se ha conseguido. Ahora estaba, por ejemplo, la moratoria jubilatoria que se está por vencer, es decir, la posibilidad de jubilarte si no tenés los aportes.Y eso va a afectar sobre todo a las mujeres porque son quienes tienen menos aportes porque trabajaron en negro, como la mayoría de las trabajadoras domésticas, o en el mercado informal. Muchas mujeres se habían jubilado en esas moratorias, incluso habían conseguido la posibilidad de tener un recurso propio, y ahora esa moratoria se está por cerrar.
-Esta situación, la crisis económica que afecta a todos los sectores, y que particularmente recae sobre las mujeres, no tuvo hasta el momento una reacción masiva, de protesta organizada y unitaria en las calles para contraatacar esas medidas, para tumbar a Macri. ¿Por qué creen ustedes que eso no ha sucedido?
-Yanina Waldhorn: El pueblo organizado, con su fragmentación de los últimos años, no ha logrado una movilización que pueda frenar con fuerza todos los ataques que el gobierno de Macri nos está haciendo. Hay algunas cosas que se han resistido, para que no se pierdan algunas conquistas de derechos, pero la realidad es que no logramos revertir la gran mayoría de las políticas de ajuste, de inflación, que nos fragmentan y que nos quitan derechos. Nosotras, nosotros y nosotres estamos dispuestos a salir a la calle hoy, ayer y mañana, porque creemos que hay que tumbar este gobierno, porque creemos que hay que buscar una alternativa ya, desde abajo, desde la izquierda, desde el socialismo feminista. O sea, creemos que hay que buscar una alternativa, que hay que construir una salida en la calle y planes de lucha unitarios, que hay ciertos puntos que son claves en este momento y por los cuales no podemos abandonar la calle. Y entendemos que hay muchas organizaciones que hoy apuestan a la institucionalidad del Estado, a través de las elecciones a la gobernabilidad, y la realidad es que un gobierno capitalista y patriarcal no va a ayudarnos, no va a incluirnos a todos y todes, no va a lograr mayores niveles de justicia social e igualdad. Por eso para nosotras, mientras tanto, hay que generar cierta insurrección popular para conseguir mejores condiciones de vida.
«Creemos en las Comunas en Venezuela, en la experiencia de las kurdas con la Confederación de Mujeres, en los zapatistas, en los territorios organizados del MST, en el feminismo comunitario en Bolivia. O sea, esas experiencias son las que nos sirven para pensar que hay otras formas de construcción posibles y eso es lo que construimos en los territorios».
Elecciones y formas de lucha
-El escenario electoral muchas veces condiciona las luchas y sus formas, incluso el repliegue en las calles de algunos sectores de la izquierda. ¿Ustedes qué expectativas tienen con respecto a lo electoral?
-Yanina Waldhorn: En los últimos años, después del 2001, hubo una recomposición institucional. Muchas organizaciones, y sobre todo el pueblo argentino, volvió a creer en las instituciones y a creer que a partir de la votación algo puede llegar a cambiar. Nosotras y nosotros no creemos que eso sea la solución definitiva, y como parte de esta sociedad, cada vez que hay una elección llamamos a votar a la izquierda, en un sentido amplio, al Frente de izquierda y los Trabajadores Unidad (FIT). Pero no nos distraemos con esa tarea. Nuestra tarea es la construcción de poder popular en los territorios. Eso significa que el terreno de las instituciones del gobierno no son las nuestras, no hay lugar que nosotros ocupemos ahí. Mientras tanto apostamos a construir otras herramientas de poder, de poder popular. En las elecciones llamamos a votar a esos espacios de izquierda, ero pero tenemos candidatos y candidatas en esas listas porque no creemos que sea el momento. La relación de fuerza de quien se presente no va a significar un cambio sustancial para el pueblo. Si realmente tuviéramos la situación de que estuviéramos votando a Chávez o a Evo seguramente sería otra la situación de nuestra organización. Hoy las elecciones se dividen entre partidos burgueses: están hablando del pacto con el FMI, de cómo mantener el orden y lo establecido con el mercado internacional, y nada de eso tiene que ver con nuestro diálogo, con nuestra construcción y con nuestra realidad en los territorios. Entonces, creemos que es importante que haya algún candidato a diputado o senadora de la izquierda que llegue al Congreso, porque, por ejemplo, ante alguna situación coyuntural represiva son quienes van a estar acompañándonos, o ante la posibilidad de un proyecto de ley, o ante una situación concreta, como la lucha por el derecho al aborto, necesitamos candidatos y candidatas que estén a favor de esas luchas, para que el derecho se conquiste.
«Somos muchas las organizaciones que no agarramos fiebre con las elecciones, que no nos desespera un cierre de lista, que no creemos que hay que construir frentes a cualquier costo, y otras que creen que construyendo estos frentes pueden conseguir algunos cambios para generar una sociedad más igualitaria. El tiempo dirá. Esos compañeres no son enemigos, de hecho son con quienes construimos en las calles».
-¿Les sorprendió la aparición de Alberto Fernández en la fórmula?
-Yanina Waldhorn: La elección de Alberto Fernández tiene que ver también con una coalición un poco más grande dentro de ese espacio de centro derecha, para lograr que quienes estaban enemistados con Cristina ingresaran, por ejemplo el Frente Renovador de Massa. Que eso exista a nosotras y nosotras no nos genera ninguna ilusión, sí entendemos que no queremos que Macri siga, pero no por eso queremos que exista otro gobierno que no nos represente. Ante el canto “Vamos a volver”, nos preguntamos: ¿para qué, cuál es el proyecto de volver, qué es lo que van a construir, qué es lo que quieren hacer, qué políticas va a haber para el pueblo en concreto? Porque no necesitamos gestos simbólicos o populares, necesitamos comer, necesitamos trabajo, derechos, mejores condiciones de vida, vivienda, de salud, que los barrios estén mejor, y de eso nadie está hablando.
Agenda popular: los grandes temas de la gente
-¿Cuáles serían las grandes reivindicaciones y los temas que hay que poner en la calle en un posible cambio de gobierno?
-Viviana Miño: Para no tocar los verdaderos problemas de la población, los problemas que tienen las comunidades, nuestros barrios, intentan cambiar y lavar un poco su imagen y reincorporan nuevamente a Fernández, como diciendo “mirá que amplia que es Cristina, que gesto de generosidad tuvo que pone ahora como presidente a la persona que más la criticaba”, o abre a Massa como diciendo que abrimos a una gran alianza para derribar a Macri. Pero en el fondo no hablan de los verdaderos problemas. Todo ese fin semana, que fue horrible, donde estaban negociando sus alianzas, quien sube y quien baja, fue un espanto. Justamente en ese momento estábamos en un barrio en la Matanza, donde hay terrenos fiscales, y los compañeros de nuestros barrios que no tienen vivienda, estaban tomando tierras hacía viente días, y la Policía bonaerense y la urbana de la Matanza, que es Magario, la que va a ir como vicegobernadora, mandó a reprimir a los que estaban tomando las tierras, que son poblaciones que están viviendo en barrios que se inundan, y que ya no pueden pagar el alquiler. Entonces, nosotros estamos acompañando una toma con el método del piquete para pedir que se urbanice ese espacio, para pedir la luz y agua, y ese mismo gobierno, que se estaba negociando, nos mandá a reprimir!! Esos son los verdaderos problemas hoy: en ese barrio no hay escuela, ni agua potable, ni cloacas, ni hospital, pese a que a tres cuadras hay un hospital que se llama “Néstor Kirchner”, que lo hizo el gobierno de él y que no se ha abierto, y está terminado, lo único que hay que meter adentro es a profesionales de la salud; porque ese barrio no tiene ni salita de unidad sanitaria ni centro de salud, y tiene un hospital increíble que no se abre.
-Yanina Waldhorn: Podríamos decir al menos que son centrales cinco temas. La educación, la salud, la vivienda, la relación con el FMI y la deuda externa, que volvió a ser un tema, ya que antes lo habíamos dejado. Todo lo que tiene que ver con el desarrollo social de las personas me parece que está vinculado a los feminismos, a las luchas feministas. Cualquier candidato o candidata tiene que hablar sobre el derecho al aborto y sobre las políticas públicas concretas en relación a las violencias. Hoy hay una ley que es bastante progresiva y un montón de cosas, pero no hay plata destinada, no hay paradores, no hay a donde llevar a las mujeres víctimas de violencias; tenés que hacer un circuito judicial que queda en la nada. Un bloque de temas sería lo vinculado a las violencias, aborto, derechos sexuales y reproductivos, otro bloque sería la vivienda, salud y educación, y otro lo que tiene que ver con la economía, la deuda externa, el mercado, la inflación. A nosotras y nosotros creo que no nos importa a cuanto está el dólar, pero si eso te replica a que la leche te sale el doble, sí, ahí hay una relación directa y eso tiene que aclararse, explicarse. Después, un último tema me parece que es la niñez: el 60% de las y las niñas en la provincia de Buenos Aires están en situación de pobreza. Ahí hay algo que hacer urgente.
-Una parte de la izquierda ahora está apoyando a esta fórmula de Fernández-Fernández. Incluso hay sectores que la apoyan desde la crítica, alegando que si viene Cristina se puede ganar un poco de tiempo, ¿qué piensan ustedes?
-Yanina Waldhorn: Creo que tiene más que ver con una centroizquierda, con una política de apuesta muy grande a lo institucional, de mucha militancia de lo institucional, creyendo que por ahí pasa el cambio, cuando para nosotras pasa por la construcción de poder popular en los territorios, en las bases. Son estrategias diferentes. Para resumir, nosotras creemos que el cambio pasa por una lucha que es anticapitalista, antipatriarcal, anticolonial, antiracista, antisistémica. Muchas de las organizaciones que se han sumado a lo electoral, incluso al espacio Fernández-Fernández, hablan de derrocar al neoliberalismo, como una fase dentro del capitalismo, buscar un modelo un poco menos injusto, como el neodesarrollismo. Para nosotres eso no cierra, queremos una sociedad más justa e igualitaria, no estar un poco mejor, queremos estar mejor, estar bien, queremos relaciones justas e igualitarias. nosotras creemos que hay que luchar contra Macri, pero luchando de fondo contra el sistema que representa.
«¿Quien nos explica hoy que en la misma lista del kirchnerismo está Pino Solanas, que fue un abanderado de la lucha contra la megaminería? Me parece que no hay una coherencia, ni en eso, ni en un montón de otras cosas. Por ejemplo, van en las listas compañeras, para nosotros muy valiosas, que han luchado por el pañuelo verde y van también gobernadores que han negado el aborto legal, seguro y gratuito, y han forzado a una nena a ser madre, hasta correr el riesgo de vida. Eso no es coherente.» Viviana Miño
Socialismo y poder popular
-¿Para ustedes la perspectiva sigue siendo el socialismo? ¿Ese es un debate que se puede instalar, por ejemplo, con estos sectores de la izquierda, para poder avanzar, para poder salir de este embrete en el que estamos?
-Yanina Waldhorn: Nosotras lo planteamos todo el tiempo, el socialismo del siglo XXI. Ese es el socialismo que se construye día a día, en las relaciones igualitarias, que queremos como compañeras feministas. Nosotras creemos que es posible porque lo venimos construyendo hace más de quince años.
-Viviana Miño: El 2001 fue un momento muy interesante para poder reflexionar, y en ese momento lo institucional estaba como de capa caída. Nosotres gritábamos fuerte “Que se vayan todos”, que significaba tirar todo un sistema, todo lo institucional, debatir todo. En esa línea nosotros seguimos todavía, son momentos distintos pero hay profundas crisis que se ven por todos lados. No es solamente convertir un lugar de trabajo en una cooperativa. Nosotros seguimos cuestionando todo, el FMI, el Estado. Queremos otra forma de sociedad. Construirlo nosotres, desde la asamblea de nuestro lugar de trabajo o de nuestros barrios o desde nuestros compañeros que no tienen trabajo, que viven de changas o del pan que hacen en el día.
-El socialismo del siglo XXI fue un aire que levantó vuelo por Latinoamérica y el tercer mundo, en cierta medida gracias al proceso revolucionario bolivariano que encabezó Hugo Chávez. Hoy, sin él, pero con el proceso que aún resiste siendo cada vez es más acechado e intervenido por EE.UU., la unidad de los pueblos oprimidos se hace más urgente. En ese sentido, ustedes tienen experiencias concretas en los barrios, ¿en qué consisten?
-Viviana Miño: En nuestros barrios tenemos muchísimos compañeros latinoamericanos, paraguayos, bolivianos, y con ellos pensamos en su Bolivia y su gobierno, en Paraguay. No pensamos solamente en Argentina, sino desde una imagen latinoamericana. Con otras mujeres cuando hablamos de feminismo no hablamos de feminismo argentino, sino de feminismo latinoamericano, global, y lo mismo hacemos con el movimiento obrero. Compartimos experiencias con las compañeras que viven en otros países, miramos lo de los chalecos amarillos, el movimiento de las mujeres kurdas. El socialismo lo pensamos tirando las barreras, tirando las fronteras, pensándolo como un bien para todos, como dicen los zapatistas.
Feminismo popular y latinoamericano
-Ustedes hablan de un feminismo popular, latinoamericano, comunitario. ¿Qué es lo específico, en qué se diferencia de otras corrientes feministas que existen?
-Yanina Waldhorn: Nosotras decimos que somos feministas populares del Abya Yala, significa que creemos que hay opresiones y explotaciones que recaen sobre nosotras las mujeres y las disidencias, que son diferentes a las que recaen sobre los varones, que también tienen sus opresiones y explotaciones. Esas diferencias las visibilizamos, las concientizamos, nos formamos sobre ellas y luchamos para derrocarlas. Somos parte de cualquier lucha que tenga el movimiento feminista hoy en Argentina y en el mundo. Pasa algo en Honduras y ahí vamos, pasa algo con las kurdas y estamos en solidaridad con ellas, tenemos encuentros con las feministas comunitarias de Bolivia, con las ancestrales de Guatemala. Nos sentimos parte de una lucha que es comunitaria, ancestral, que tiene raíces en la tierra, en nuestros recorridos en los territorios, que se va haciendo todo el tiempo, que toma a un montón de teóricas, que no rechaza lo académico, pero que entra en praxis todo el tiempo.
«Nosotras hacemos el feminismo: en un barrio con un taller de formación, en un grupo de trabajo compartiendo tareas entre las diferentes identidades que formamos parte de ese territorio, pensando en ir a una reunión varones y mujeres o disidencias, interpelando cualquier fecha de la agenda feminista donde toda la organización participe, discutiendo con la organización qué significa ser antipatriarcal, qué significa despatriarcalizar cualquier estructura de la organización, que los varones puedan repensar sobre el uso o abuso de la palabra en una reunión pública o en una mesa nacional de la organización, en cómo formar compañeras para que sean voceras y se sientan seguras con todas las inseguridades que nos da este sistema de opresiones. Ese es nuestro feminismo».
Logros y avances: formación feminista y deconstrucción
-Viviana Miño: Nosotros construimos eso y no lo hacemos solamente en las capas superiores con las compañeras que son dirigentes o las que están formadas. Nuestro lema es “desde abajo y a la izquierda”. Los debates sobre lo que pasa con las compañeras kurdas, o en Bolivia, o en Honduras, o lo que pasa con las mujeres en Europa, nosotros lo llevamos a nuestras compañeras, que muchas no saben leer.
Nuestro primer punto es la formación, nos formamos desde la educación popular y nos volvemos a formar con ellas. Lo que sucedió con Berta Cáceres, deben ser muy pocas las compañeras que en los barrios no saben quien es ella, le hemos puesto su nombre a nuestras banderas, a nuestros poemas, a nuestras publicaciones, a nuestros centros culturales, a nuestras hijas, ellas van a cualquier lugar y hablan de Berta Cáceres y saben. Mis compañeras de trabajo, en cambio, que son profesionales de la salud, no saben quién era Berta. La nuestra es una tarea muy lenta, es como el caracol, es una tarea que la llevamos desde abajo, a nuestros territorios, e intentamos hacer cimientos fuertes de estas construcciones. Por eso, también a veces los movimientos sociales cuando nos comparan con los partidos políticos dicen que somos muy lentos para tomar decisiones, y sí, nosotros no las tomamos en un comité central, las tomamos con nuestros compañeres.
«Este momento que estamos viviendo me parece que es muy bueno. Los compañeros también están pensando y “deconstruyéndose”. Hacen talleres de varones patriarcales ellos mismos. Organizaciones y agrupaciones docentes de Suteba, por ejemplo, empiezan a hacer talleres de varones porque empiezan a ver este problema. Además los propios problemas que generan el machismo y el patriarcado terminan rompiendo también a las organizaciones. Es interesante que ahora se vea y se trabajen estas cosas que se están replanteándolo todo».
-Se ha avanzado mucho. También por ser nosotras participes de los cambios a veces no nos damos cuenta de todo lo que se ha venido logrando. Pero si miramos diez años para atrás, advertimos cómo y cuánto estamos cuestionando a la sociedad patriarcal. Esto muchas veces trasciende a los movimientos sociales y políticos. ¿Cómo organizarse para que no gane la dispersión y la división que tan bien le viene al patriarcado?
-Viviana Miño: Yo lo vivo desde el ámbito sindical, por ejemplo. Las asociaciones sindicales han cambiado, en cada seccional donde hay hospitales, hay una secretaría de género y se intenta hacer una comisión, y eso antes era anulado o no fomentado. Te vuelvo a dar un ejemplo, que comenté más arriba. En la toma de terrenos en la Matanza, las referentes eran mujeres. Me impactó mucho eso ese día y le pregunté a Maribel, una compañera nuestra, si los otros eran varones, y me dijo que todas son mujeres, y que algunas pertenecían a organizaciones y otras no. Son puro barrio que no tenían una dirigencia política y se organizaron y eligieron como dirigenta a una mujer. Me pareció que no es cualquier cosa que en este momento, las dirigentes sean mujeres, en cualquier otro momento eran varones o lo siguen siendo en otras tomas.
Hacia el 34a Encuentro de Mujeres, disidencias y plurinacional
-¿Cómo ven desde este feminismo que ustedes están reivindicando, las propuestas que hay y los debates que están surgiendo en torno al Encuentro de Mujeres, sobre las posibilidades de que cambie de nombre la instancia y que eso signifique una apertura real a las disidencias y a los pueblos originarios, por ejemplo? ¿Cuál es la posición de ustedes como colectivo en torno a este Encuentro?
-Yanina Waldhorn: Nuestro feminismo es con todes, es de todes. No creemos que nadie sea la organización feminista que tiene la posibilidad de decir quien sí y quien no entra a un Encuentro. Los Encuentros se hace desde 1986, todos los años se vienen haciendo, y el feminismo desde ese año hasta el 2019 cambió muchísimo, en reivindicaciones, en composición: irrumpieron les jóvenes! Hoy el feminismo realmente quiere tirar el sistema patriarcal. No sé si todas las feministas queremos derrocar el capitalismo, pero sí todas al patriarcado. Creemos que desde los últimos dos Encuentros, el de Chaco y el de Trelew, se viene transitando una transformación de cara a poder pensar lo plurinacional, porque no todas las mujeres y disidencias que transitamos la Argentina nos reconocemos argentinas. Entonces, está esto de reconocernos con los Estados Nación, pero también con las diferentes identidades territoriales que hoy viven y transitan este territorio, y eso como nombre lleva lo “Plurinacional”.
Entonces queremos que el Encuentro sea Plurinacional, o sea que todas las plurinaciones que formemos parte de un Encuentro, estemos reconocidas y que no obliguemos a nadie a ser nacionalistas para poder formar parte. La otra cuestión es todo lo que tiene que ver con las disidencias sexuales. Desde los últimos casi quince años, vienen transitando los Encuentros no sólo las mujeres sino también las lesbianas, las bisexuales, las trans, las travestis e identidades no binarias, y nos están diciendo a nosotras, las mujeres, que se los visibilice porque también son parte del Encuentro.
Nosotras tenemos identidades y disidencias sexuales dentro de la organización, y les reconocemos y les visibilizamos. Creemos que en un Encuentro tiene que pasar lo mismo. Que la identidad “mujer” no tiene que estar invisibilizada, que tiene que ser la primera nombrada, porque es la primera y es la mayoría que participa de estos Encuentros, pero también tenemos que visibilizar a todas las otras disidencias e identidades, que también están construyéndose año a año los Encuentros, y son con quienes también compartimos la calle, el feminismo popular, y con quienes queremos tirar el patriarcado y el sistema capitalista.
«Que hoy en el 34 Encuentro Nacional de Mujeres Plurinacional y Disidente algunes nos propongan bajar las banderas es raro. Bajar la bandera del aborto que lo venimos construyendo en la calle y todos los lugares, bajar la bandera de las disidencias sexuales, bajar la bandera de plurinacional… no estamos de acuerdo con eso porque estamos a favor de un solo Encuentro que entremos todes, todas y todas las disidencias».
-Viviana Miño: El Encuentro Nacional de Mujeres tiene que ser Plurinacional y Disidente, ninguna organización o partido nos tiene que decir cómo organizarnos y a quién invitar o dejar afuera. No estamos de acuerdo con eso, estamos de acuerdo en que sea plurinacional, disidente, seguir levantando el aborto hasta que sea ley, y vamos por eso. Queremos un solo Encuentro con todes adentro.
-El movimiento feminista lo ha cuestionado todo, es el movimiento más antisistémico que ha surgido en estos últimos tiempos. ¿Cuáles son los retos que tenemos por delante?
-Viviana Miño: Realmente a nosotras nos sorprende mucho este hecho que ha pasado, donde el movimiento feminista hoy es el único que ha cuestionado todo, el Estado, la Iglesia, los sindicatos, la educación, la salud, todas las estructuras, y donde justamente gracias a eso, hoy, las mujeres, las disidencias, todas las orientaciones sexuales se sienten cada vez más libres. Hoy tomamos las comisiones internas de los sindicatos, ponemos el tema de la ESI en las escuelas con los docentes y en las redes de profesionales de la salud por el derecho a decidir. Me parece que todo eso, que estaba todo tapado, de forma clandestina, ha avanzado de una gran manera. Hoy somos más libres.
-Muchas gracias compañeras
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