Por Guillermina R. Iturralde*
En Buenos Aires, como todos los 25, se realizó una actividad de conmemoración y resistencia para exigir juicio y castigo a todas y todos los responsables del asesinato de Rafael Nahuel Yem, miembro Lof Lafken Winkul Mapu, acribillado por fuerzas de seguridad del Estado el día 25 de noviembre de 2017.
Una vez más frente al monumento del genocida Julio A. Roca, a metros de Plaza de Mayo, se reclamó “cárcel a Pintos, Patricia Bullrich y Macri”, “seguiremos tejiendo la memoria, repudiando la impunidad y el racismo de estos Estados genocidas”, «No olvidamos, no perdonamos».
Desde la Gremial de Abogados, como asesores de la comunidad, aseguraron que este tema no jurídico sino político y que frente al insistente pedido al Gobierno de frenar la violencia la respuesta fue duplicarla. “Los conflictos territoriales se resuelven de dos maneras, en una mesa de negociación o con un altísimo nivel de violencia… en una situación donde hay un conflicto territorial como este, donde se pide independencia y autodeterminación, la Gremial de Abogados ha dicho que cuando se produce un nivel de violencia como el que se produjo acá, o como el que puede llegar a producirse, siempre va a estar del lado de los desposeídos, de los agredidos”, aseguraron.
Durante la jornada hubo música y para finalizar el acto se descubrió un busto de “Rafita”, realizado por Julio César Baez, quien en julio pasado había sido detenido por realizar una escultura de Santiago Maldonado.
*Resumen Latinoamericano
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