El próximo lunes 4 de junio a las 17 horas se llevará a cabo por cuarto año consecutivo, la multitudinaria marcha de “Ni Una Menos”, que tendrá como eje principal el reclamo por la despenalización y legalización del aborto, exigiendo ni una mujer menos por abortos clandestinos. Además, se expresarán el rechazo al FMI y a la política de ajuste del gobierno de Macri, el apoyo a la lucha de todxs lxs trabajadorxs del país y la exigencia de medidas concretas contra la violencia machista.
Mariana DM - La cuarta marcha contra los femicidios y la violencia machista se realizará a sólo días de que en el Congreso de la Nación se vote, a favor o en contra, la ley de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Este va a ser uno de los pilares principales de la marcha, porque es una muestra concreta de que salir a la calle y protestar, sirve. Que el aborto esté hoy en el Congreso es gracias a la militancia feminista que, desde hace años exige el reconocimiento del derecho de las mujeres por decidir sobre nuestros cuerpos. Por eso vamos por más, seguimos reclamando nuestros derechos, responsabilidad del Estado y consciencia social.
Desde hace 3 años, numerosas organizaciones sociales y políticas feministas se manifiestan reclamando ni una mujer menos, exigiendo justicia por los femicidios y la erradicación de la violencia de género en cualquiera de sus formas. Los principales reclamos giran en torno a la necesidad de que el Estado se haga cargo de la situación de las mujeres en el país, por ejemplo, a través de la efectiva implementación de la Ley de Educación Sexual Integral en los colegios secundarios y de la Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, cuyas reglamentaciones aún están pendientes. Ambas legislaciones apuntan a la erradicación y prevención de la violencia de género, desde la escuela, a través de contenidos con perspectiva de género e inclusiva, y mediante el acompañamiento y la contención de las víctimas, garantizándoles el acceso a la Justicia y la justa condena a su atacante.
Hoy alcanza con prender la televisión o la radio no más de veinte minutos para enterarse de 2, 3, 4 casos de femicidios por día. Según cifras de la organización Mujeres de la Matra Latinoamericana (MuMaLa), el año pasado se registraron 298 femicidios y, en los dos primeros meses del 2018, se registraron ya 47: 47 mujeres muertas en 2 meses. Sobre esto es importante destacar que el 20% de las víctimas ya había denunciado al femicida y el 17% contaba con protección dictada por la Justicia, lo cual deja en evidencia la falta de políticas públicas en relación a estas situaciones. A su vez, la gran mayoría de los asesinatos (68%) fueron realizados por hombres pertenecientes al círculo íntimo y de conocidos de la víctima y, además, el 52% de las mujeres asesinadas eran madres, por lo que 58 niñxs se quedaron huérfanos tras estos hechos.
La realidad es una y es que nos están matando y es por eso que sostenemos la marcha del 4 de junio, porque nos queremos vivas y libres. Es necesario seguir saliendo a la calle a reclamarle al Estado que se haga cargo. Que hoy el aborto esté en el Congreso no es casualidad ni mérito de este gobierno, es una victoria de la lucha feminista, la cual impulsó y acompañó a miles de mujeres a que se animaran a contar sus historias y a reclamar por sus derechos. Lo mismo está pasando con la lucha contra la violencia de género. Cada vez más nos animamos a visibilizar y a denunciar situaciones de violencia en la calle, en el trabajo, en la escuela, en la familia. Así como se logró un cambio en la forma de ver y hablar del aborto en la sociedad, se tiene que lograr una real concientización de la opresión y humillación que sufrimos día a día y así, transformarla.
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