Por Malena Briones
Hace dos años, en una jornada histórica para el movimiento feminista, se ganó media sanción para el aborto legal, seguro y gratuito. Además, el movimiento secundario, tras tomar los colegios, obtuvo el protocolo contra la violencia de género por el que peleaban desde hacía años.
Durante el mes de junio de 2018 quedó instalado que uno de los sectores exponentes del feminismo en estos tiempos es la juventud. Si hablamos de marea verde, nosotres somos la luna que le da movimiento. Les estudiantes militamos el proyecto en nuestras casas, nuestras escuelas, en los medios de comunicación, nuestras camas y las calles.
Cerca de la primera votación se empezó a discutir un proyecto que nos impedía acceder a una interrupción del embarazo a les menores de edad sin el consentimiento de tutores legales. Y dijimos que no. Que nosotres ya habíamos decidido. No nos escucharon. Entonces les tomamos los colegios y se lo gritamos a la sociedad. No estábamos dispuestes a aceptar un proyecto que nos arrebatara la posibilidad de decidir sobre nuestros cuerpos. Mientras ellos negaban la realidad en la que muchos embarazos se producen a partir del abuso sexual intrafamiliar, nosotres no podíamos permitir que esas mismas personas puedan decidir sobre su maternidad. Tampoco íbamos a dejar a compañeres a la merced de que sus familias puedan obligarles a ejercer o interrumpir la maternidad.
Cuando empezó a circular el debate sobre las tomas entre las escuelas, el Ministerio de Educación se movió rápido para cancelar las clases en varios colegios durante los días de votación. Así fue como el viernes previo a la fecha definida, en el Rogelio Yrurtia hicieron asambleas y aprobaron la toma, esquivando la maniobra del Ministerio y siendo sostén para el resto de los colegios durante las votaciones.
Fue la primera vez que el movimiento estudiantil tomó una medida de tal magnitud sin que sea una reivindicación exclusivamente educativa. Ese es el nivel de importancia que tiene el feminismo en nuestra generación.
Entre 15 y 20 colegios adoptaron la medida y miles de estudiantes llenamos las calles en la vigilia. Fue la primera vez que el movimiento estudiantil tomó una medida de tal magnitud sin que sea una reivindicación exclusivamente educativa. Ese es el nivel de importancia que tiene el feminismo en nuestra generación.
Ese 13 de junio, mientras festejábamos en nuestras escuelas y en el Congreso, la ministra de Educación de CABA, no tuvo más opción que aprobar el protocolo contra la violencia de género. Tras esa victoria les estudiantes no paramos nunca de militar el feminismo en nuestros espacios. Todavía seguimos sin la ley y nos depara una larga lucha hasta terminar con el patriarcado, pero no tenemos dudas de que lo vamos a tirar.
ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO YA!
NO SE VA A CAER, LO VAMOS A TIRAR
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