El pasado 22 de noviembre de 2018 la policía bonaerense asesinaba a Rodolfo “Ronald” Orellana. Militante de la OLP-CTEP, padre de seis hijos y trabajador de una unidad textil de la economía popular. En el intento de tomar unos terrenos en Puente 12, junto a vecinos y vecinas del barrio de Villa Celina y alrededores, fueron brutalmente reprimidos. El desalojo estaba previsto, las fuerzas represivas dispararon con balas de goma, pero entre los agentes una policía, mujer, rubia, disparó la bala de plomo que le impactó por la espalda a Ronald, dándole muerte.
Desde Resumen Latinoamericano y Revista Resistencias hablamos con la abogada que lleva adelante la investigación del caso. María del Rosario Fernández de la Gremial de Abogados y Abogadas, quienes desde un primer momento tendieron una mano a la familia de Ronald y a sus compañeros y compañeras. El equipo de la Gremial cuenta con numerosos casos de gatillo fácil, criminalización a militantes políticos, entre otros.
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¿Cómo se desenvolvió la investigación?
Se puso mucho énfasis y entusiasmo en poder llegar al culpable de la muerte de Ronald. Tanto la Fiscalía, como la Fiscalía General, a través del Consulado de Bolivia se interiorizaron de la causa, nos llamaron, estuvieron con nosotros, pero el gran problema con el que chocamos fue que no tenemos testigos para declarar, entonces la causa está prácticamente paralizada.
Quienes estuvieron en la represión ¿vieron quien disparó?
Todos marcan a una mujer policía rubia, pero al momento de poner el nombre, apellido y sentarse frente al fiscal para decir, hay un poco de miedo. Miedo de la gente que fue a la toma, porque obviamente estarían yendo contra la policía en una zona muy vulnerable y saben que pueden ser blanco de cualquier venganza, como puede ser la primera de un armado de causa.
¿Hay otra forma de comprobar quién lo asesinó?
¿De qué manera yo pruebo que fue tal persona si no tengo testigos, filmaciones, nada? No hay forma. No hay elementos para probar, en criollo es un homicidio que puede quedar impune. Los videos de ese día son cuando Ronald ya está muerto, el video que se divulgó en el primer momento donde el cae, no se ve a los policías.
¿Cual es tu percepción sobre el caso?
Lamentable porque es lo que siempre termina sucediendo, la muerte de los pobres queda impune. Si hubiera sido un policía aparecían diez millones de testigos, todos los policías diciendo “sí, aquel disparo”. Pero bueno sabemos que tenemos un montón de dificultades por el contexto, como está la gente, por lo vulnerables que son, están en una situación en la que tienen miedo a una represalia.
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Un día después del asesinato de Orellana, se realizó una movilización a la Comisaria de Ciudad Evita, la columna de manifestantes fue recibida por un enorme y provocador cordón policial. Al finalizar la marcha, cuando los manifestantes desconcentraban, una moto que salió del predio de la Comisaría, lanzó un proyectil casero que -afortunadamente- no lastimó a nadie. El miedo a testimoniar contra la policía se basa en estas y otras acciones intimidatorias.