Por Mariana DM
El año pasado el movimiento feminista argentino vivió un suceso trascendental en su historia, logró llevar el debate del aborto al Congreso. Aunque el resultado fue negativo, debido al alto grado de conservadurismo de Senadores, es innegable el crecimiento que tuvo el movimiento de mujeres. A pesar de haber rozado la despenalización del aborto y de que el presidente Macri se jacte de haber impulsado el debate, desprestigiando la lucha feminista, hoy vuelve a dejar en evidencia su deseo de que las mujeres no gocen plenamente de sus derechos.
El proyecto de reforma del Código Penal presentado por el oficialismo establece una pena de 1 a 3 años para las mujeres que se realicen un aborto, que, prácticamente, no altera el Código actual, según el cual la pena va de 1 a 4 años. Por otro lado, sólo el juez tendrá la potestad de determinar la excarcelación según las causas del aborto, lo que representa un terrible retroceso respecto del fallo F.A.L, el cual dictamina que cualquier aborto en caso de violación es legal y la intervención de un juez no debiera ser necesaria. Además, introduce la figura de “lesión a la persona por nacer”, dándole un estatus jurídico al feto y, además, ampliando la persecución y la culpa del o la profesional de la salud implicadx.
La aprobación de este proyecto significa un atraso de 100 años en materia de derechos para las mujeres. El Código actual que penaliza el aborto, es de 1921, y su vigencia sólo refleja un total desarraigo de la sociedad y una clara negación de los derechos de las mujeres. Además, continúa dándole legitimidad a la Iglesia y a los grupos fundamentalistas, sectores que, con la complicidad de los gobiernos provinciales, fueron los responsable de las atrocidades de las niñas que fueron obligadas a partir en Jujuy y Tucumán.
Sin embargo, La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito volverá a presentar este año el proyecto para la interrupción legal del embarazo (ILE). A pesar de las trabas y los obstáculos de lxs anti-derechos representados y amparados por el gobierno, la marea verde seguirá dando pelea.
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