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Foto del escritorRevista Resistencias

La fábrica de Mielcitas: vigilia, solidaridad y resistencia

Actualizado: 30 jul 2019



Por Micaela Méndez


En un contexto en donde lo único que parece ocupar la agenda de los medios de comunicación son las elecciones, emerge una lucha encabezada por obreras.

Desde noviembre del año pasado que las trabajadoras de la fábrica de Mielcitas ven con más crudeza el vaciamiento de la empresa Suschen, bajando la producción a consecuencia de los recortes en materia prima y puestos de trabajo.

A fines del año pasado y a principios del corriente año la patronal ya le debía a las trabajadoras aguinaldo, meses de trabajo de los cuales solo habían recibido el 50% de su sueldo, vacaciones y hasta en algunos casos la atención medica por parte de la obra social. Todo esto estando en blanco, formalmente contratadas y sin ser despedidas o relevadas de sus funciones. Algunas de ellas tienen más de 20 años de antigüedad y son el único sostén económico de sus familias, sin embargo, para los empresarios solo son mano de obra descartable, un negocio en el que no tienen intenciones de invertir.

Compañeras de la fábrica afirman que, en su caso, los directivos y dueño de la fábrica (primo hermano del ex presidente Eduardo Duhalde) no necesitaron de una reforma laboral para vulnerar cada uno de sus derechos como trabajadoras.

Desde junio que las compañeras de Mielcitas comenzaron a hacer vigilias rotativas de 24 hs para cuidar las maquinas que les permitirán seguir produciendo. Después de haberse manifestado en el ministerio de trabajo, haber logrado tres audiencias en donde no se les otorgó ninguna respuesta que garantice sus puestos de trabajo y ante la negación del dueño a presentarse ante la justicia y dar explicaciones, las laburantes decidieron movilizarse al domicilio de Roberto Duhalde, lugar en el que tampoco obtuvieron respuestas, pero si achicaron la impunidad y lograron visibilizar los atropellos de derechos supuestamente garantizados a nivel constitucional.


El 11 de julio decidieron en asamblea que ya habían soportado suficientes pisoteos, pararon definitivamente la producción y oficialmente declararon a la fábrica tomada.

Vigilia permanente, solidaridad y resistencia hasta lograr una resolución son los principales ejes de esta medida de fuerza.




"Hace un mes que estamos tomando pacíficamente la fábrica, resguardando las fuentes de trabajo y todo lo que sea maquinarias"

Silvia Ayala, delegada de la fábrica y trabajadora de hace más de 10 años, hace un recorrido cronológico del conflicto, en donde cuenta que “Hace un mes que estamos tomando pacíficamente la fábrica, resguardando las fuentes de trabajo y todo lo que sea maquinarias, el mayor conflicto comenzó a fines del año pasado, en noviembre, cuando la empresa cambio de razón social bajo el argumento de no poder hacerse cargo de la deuda en AFIP, las cargas sociales y obras sociales. Ahí comenzó el vaciamiento más fuerte de la empresa, cada vez se compraba menos materia prima y los sueldos se pagaban solo el 50%. Un día vinimos y los dueños de la empresa no estaban más, ahora nos adeudan quincenas, aguinaldos, aumentos, ni siquiera tenemos un telegrama de despido y la fábrica tampoco fue a quiebra. Creemos que alguien se tiene que hacer responsable de toda esta situación y darnos una explicación en vez del silencio”.

En cuanto al proceso judicial la compañera desarrolla que “legalmente las trabajadoras tenemos 2 años para llevar a juicio a la cara visible, que es el dueño de la fábrica, pero como no está a nombre de él la empresa, en el ministerio de trabajo no nos dan ninguna solución. El gremio (STIA) está haciendo lo que tiene que hacer, pero también necesitamos un inversor para sacar a flote esto”.




"No nos vamos a dar por vencidas así de fácil, la vamos a seguir luchando y resistiendo”

Por ultimo Ayala se refiere a la situación particular de ser mujeres en lucha cuyos puestos de trabajo eran precarizados y ahora están en riesgo, “Nosotras no podemos ahora ir a hacer changuitas como hacen los hombres , nosotras teníamos esto, que nos permitía llevarles un plato de comida a nuestros chicos todos los días, pagábamos colegios, luz, gas y ahora no tenemos nada de eso, igualmente no nos vamos a dar por vencidas así de fácil, la vamos a seguir luchando y resistiendo”

Mimi, otra compañera de la fábrica laburante desde hace 17 años, resalta que hasta el día de hoy están resistiendo el abandono por parte de Roberto Duhalde y su Hijo Máximo Duhalde. “Lo único que tenemos es mantenernos unidas, hasta que la empresa retome su actividad y volvamos a producir”.

El sábado 27 de julio las compañeras organizaron un locro y actividades para niñez, porque ante las crisis y el hambre ahí están las madres parando las ollas, plantando banderas, dando respuesta, poniendo el cuerpo y aportando otro proceso de lucha más al campo popular.

Madres y pibas durmiendo en la fábrica, soportando las olas polares manteniendo el calor acercándose a las maquinas encendidas pero sin producir, comiendo de la ayuda de sindicatos y organizaciones sociales, siendo amenazadas, estigmatizadas y acorraladas por las burocracias de la justicia son el costo de la resistencia. El saldo es sembrar una semilla de lucha y organización que en el medio de la crisis neoliberal nos demuestra que no todo está perdido.


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