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Foto del escritorRevista Resistencias

Encuentro con Silvia Federici, hacia un feminismo de liberación sin fronteras


Por: Micaela Méndez


El pasado jueves 3 de octubre diferentes sectores, organizaciones y espacios del feminismo se reunieron en la Fundación Rosa Luxemburgo para seguir trazando estrategias hacia una contraofensiva anti-patriarcal que desborde las diferentes estructuras de explotación y adoctrinamiento. La CTEP, MNER, ATE, CTAA, UTA, FOB y la UTT fueron algunos de los espacios que participaron del dialogo con Silvia Federici.


Los principales ejes a tratar fueron, por un lado, la limitación impuesta dentro de los propios espacios de construcción para generar lugares al movimiento feminista para el desarrollo de diagnósticos políticos. Y, por el otro, la necesidad de generar una agenda propia en donde se problematice no sólo todo el arco de opresiones machistas, sino, también, la identidad de lxs trabajadorxs fundadas desde la condición de clase trabajadora y no desde el patrón; la unidad bajo los lazos de cooperación, los discursos en la esfera pública que reconocen a las compañeras sólo en los espacios de cuidados, el condicionamiento y el techo que se genera en el armado de frentes, secretarias o cargos destinados a las políticas de género sin transversalizar las políticas y reivindicaciones del feminismo a la totalidad de las organizaciones o sindicatos; el fantasma de la institucionalización que acecha la capacidad de transformación que propone la lucha de mujeres y disidencias; y la violencia que perpetúa la deuda, la dolarización y el vaciamiento en los sistemas de salud y de educación.

“Todo lo hacen las compañeras, menos tomar decisiones y discutir política”

Hubo común acuerdo en cuanto a que no alcanza la paridad y se exige peso real en las tomas de decisiones, ya que siguen vigentes la relación de poder laboral e institucional y un pacto de caballeros en donde se genera resistencia a adoptar nuevas formas de hacer política. “Todo lo hacen las compañeras, menos tomar decisiones y discutir política”, señaló Federici.


Desde el feminismo se asisten abortos clandestinos, casos de violencia, desalojos, desapariciones, femicidios y las necesidades y recursos de los territorios. La asistencia debe pasar a resistencia y de resistencia a rebelión. Las mujeres y disidencias sostienen los espacios educativos, de salud, culturales, las familias, los sindicatos, las organizaciones sociales, comedores, merenderos, consejerías, unidades productivas, la producción de alimentos, los puestos de trabajo, las bases de todas las construcciones políticas, la lucha por el derecho a migrar, la lucha por la tierra, las reivindicaciones de los pueblos originarios, los piquetes, las ollas populares, la memoria de lxs desaparecidxs y las luchas de la juventud. Básicamente, todos los estratos que conforman la sociedad y habitan en los espacios que se proponen conquistas sociales y políticas.


¿Sera entonces, que en estxs sujetxs existe la capacidad no sólo de sostener la sociedad sino de también de cambiar el curso de la historia?


Desde este movimiento se le da respuesta a los agro-negocios y la élite agraria, a las casas de cartón disfrazadas de urbanización, al racismo, a las fronteras capitalistas, a la dependencia económica, al hambre, a la violencia sexual y laboral, a la cosificación e hiper-sexualización aún en espacios de militancia, a las 235 muertes de mujeres que se cargó el patriarcado en el 2019, al abuso infantil, a la justicia patriarcal, a la represión y criminalización, a las redes de trata y al sistema prostituyente, al narcotráfico, al gatillo fácil, a las derechas más rancias, al financiamiento de guerras, a los medios hegemónicos, a la iglesia como institución perpetuadora de la cultura patriarcal, a las crisis económicas/sociales/políticas, a la gobernabilidad que camufla un sistema que pretende a las masas dóciles y subordinadas, al vaciamiento colectivo del sentido común de comunidad reemplazado por conciencias individualistas, al avasallamiento de los pueblos y al vaciamiento cultural.



En el encuentro con Federici se remarcó la necesidad de cuestionar cada una de las columnas que sostienen tanto el sistema capitalista como el patriarcal, ya que uno no se sostiene sin el otro. La propuesta es abrazar cada una de las luchas de los pueblos, despatriarcalizarlas y dar el puntapié hacia la construcción de nuevas sociedades y comunidades. No se busca, por igualdad, ser tan explotadxs como un obrero, ni tampoco desclasarse para convertirse en empresarixs. Se busca, no sólo el apoyo de los compañeros desde la palabra, sino que reconozcan sus privilegios y se posicionen tanto en la práctica como en la teoría desde una postura anti-patriarcal; se busca romper la cadena de comercialización y consumo, se busca una nueva realidad sin explotadorxs ni explotadxs, sin oprimidxs ni opresores, se busca incidir en las lógicas de poder e ir avanzando paso a paso de un feminismo popular a un feminismo de liberación.






Fotos: Antonella Giusso


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