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Foto del escritorRevista Resistencias

Argentina en Cuestión: Juan Grabois: "Si nos roban los mitos que tenemos, nos dejan vulnerables"

Por David Pike


En una nueva entrega de “Argentina en Cuestión”, entrevistamos a Juan Grabois, que con sus treinta y seis años es uno de los máximos referentes de los movimientos populares.

Iniciado en el movimiento cartonero es dirigente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) que integra la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), un sindicato de nuevo tipo que nuclea a muchos movimientos sociales argentinos. Su cercana relación con el Papa Francisco y el protagonismo de estos movimientos en la resistencia al macrismo le hizo ganar gran notoriedad. Su defensa de Cristina Fernández de Kirchner ante las causas judiciales en su contra, lo puso en boca de todos. Recientemente conformó junto a otras organizaciones el Frente Patria Grande (FPG) que forma parte del Frente de Todos, que postula en la fórmula presidencial a Alberto Fernández y Cristina Kirchner. En los últimos días, denunció por asociación ilícita y administración fraudulenta a Macri y Lagarde, ex titular del FMI.


En esta entrevista de Resumen Latinoamericano, Grabois nos recibió en su oficina de Vicente López para hablar sobre el momento histórico en que se dan estas elecciones, las limitaciones que tiene el kirchnerismo, las diferencias con Alberto Fernández y el rol que jugará el FPG tras las elecciones.


Ustedes definieron su participación electoral como una cuestión de responsabilidad frente al momento histórico ¿Qué le aportan los movimientos populares, que vos representas, al Frente de Todos?


-La democracia liberal, la partidocracia, tiende a dividir al movimiento popular. Salvo en Bolivia, en Sudamérica no se ha producido una reestructuración del sistema político que incorpore a los movimientos populares, a sus demandas y su agenda. En Brasil, el rol de los movimientos populares durante los gobiernos de Lula y Dilma fue muy subordinado y la agenda no se pudo desarrollar con plenitud, lo mismo en Ecuador y en Argentina. Los movimientos que participaron del kirchnerismo tuvieron roles muy subordinados.


¿Y el caso de Venezuela en este punto no te parece similar al de Bolivia?


-Puede ser, pero es un caso que conozco poco, no quiero opinar, nunca estuve ahí.

Entonces, la decisión que tomamos de constituir el Frente Patria Grande (FPG), con algunos militantes (no todos) del MTE, los compañeros del Movimiento Popular La Dignidad, de Vamos, de Nueva Mayoría y de Pueblo en Marcha, tenía que ver con armar un lugar de enunciación que sea de naturaleza político institucional, no de lucha reivindicativa. El FPG intenta ser una correa de trasmisión de los trabajadores y trabajadoras más precarizados y de la juventud militante, que son dos sectores excluidos de la política institucional. En términos de agenda, nuestro objetivo es “Tierra, Techo y Trabajo”, que tiene un contenido programático muy específico.


La decisión de incorporarnos a la oposición al macrismo tiene que ver con un análisis de la situación latinoamericana, hay una coordinación hemisférica muy fuerte de lo que podríamos llamar Plan Cóndor de nuevo tipo con otros medios, afortunadamente sin los niveles de persecución y matanza que hubo en la época de la dictadura, pero con objetivos muy parecidos. A mí me había tocado ver lo que sucedía en Brasil, estuve con Lula varias veces, no lo pude ver en la cárcel porque no nos dejaron, aunque teníamos la autorización. Ver lo que sucede en Ecuador, con la traición de Lenin Moreno y la persecución contra Correa y los compañeros de la revolución ciudadana. Podría seguir dando ejemplos, pero esos dos casos los vi de cerca.


Entonces me pregunte, como puede ser que defienda tanto a Lula en Brasil, a Correa en Ecuador y no defienda a Cristina en Argentina, cuando es víctima de un método exactamente igual con los mismos actores internacionales por detrás. A pesar de que siempre tuve muchas críticas a su gobierno, que hice sintiéndome parte del campo nacional, popular y latinoamericano, hubo una decisión muy firme mía de defender a Cristina. Defenderla era defender a nuestra patria de la penetración escandalosa del imperialismo a través de este mecanismo que es el Lawfare. Ese lugar de enunciación terminó siendo el FPG y el balance es que cumplimos una tarea importante en la defensa de Cristina. Si bien ella no es la candidata a presidenta, está en la formula y nosotros fuimos parte de ese proceso que logró frenar una desviación que había en nuestro campo, la de aceptar su proscripción mansamente.




-Vos definiste a Cristina Kirchner como la representación dentro del pueblo de un mito que enfrenta a las corporaciones ¿Alimentar ese mito potencia las posibilidades de un proyecto que supere estructuralmente la pobreza o lo conduce a la frustración?


El pensamiento ilustrado en el que tributa parte de nuestra izquierda, es decir el pensamiento eurocéntrico, es de base fundamentalmente racionalista. La historia de los pueblos se construye de mitos compartidos y son parte de la realidad ampliada que no se puede mirar con el microscopio del pensamiento cientificista. Nosotros somos parte del pueblo, si no podemos sentir ese mito estamos afuera, somos vanguardia. Además de ser parte del pueblo somos racionales y en términos de esa racionalidad, de los componentes estructurales de las transformaciones sociales que nosotros queremos y de las contradicciones que existen al interior del campo popular, vemos limitaciones serias.


Una de ellas es que nosotros planteamos que hay que confrontar de una manera muy fuerte con el FMI y no pagar, por lo menos, los 13 mil millones de dólares que se fugaron los últimos meses. Lo que implica niveles de radicalidad que no son los que propone el Frente de Todos, ni los que propone Cristina que es el componente más confrontativo en este frente. Ahora esas disputas están abiertas, si nosotros conseguimos construir un movimiento fuerte con algunas reivindicaciones de este tipo y nuestro pueblo lo toma como programa, estoy convencido que una dirigente con la sensibilidad a las aspiraciones populares que tiene Cristina lo va a recoger.


Hay una anécdota de un ministro, que cuando algunos dirigentes como Pino Solanas planteaban la estatización de YPF, les dijo que hagan una movilización de cincuenta mil personas y lo hacían. A veces la dirigencia más combativa plantea proyectos que aún no hemos logrado que se conviertan en aspiraciones populares. Entonces le exigimos a los dirigentes que tienen poder político que estén cincuenta pasos adelantes de los reclamos del pueblo. Nosotros intentamos construir ese consenso popular desde abajo y una vez que esté construido tratar de instalarlo dentro de la agenda de la política superestructural.


Entonces para responder tu pregunta, más que alimentar, es respetar y sentir como nuestro pueblo y no sé si contribuye poco, mucho o nada a la solución de los problemas de fondo de nuestro pueblo, pero sí tengo claro que, como estrategia defensiva, si nos roban los mitos que tenemos, nos dejan absolutamente vulnerables a la penetración a las peores formas de neocolonialismo. 


Hay un elemento adicional estratégico que es un prerrequisito para la independencia, la soberanía y la justicia social, es la constitución de un bloque regional, la patria grande en el marco de la apuesta al multipolarismo. La persona que expresa eso con más nitidez en Argentina es Cristina.



-Ustedes militaron fuerte la candidatura a presidenta de Cristina Kirchner ¿Cómo caracterizas la candidatura de Alberto Fernández? ¿Y cómo se convive con un candidato que tiene definiciones como la continuidad de los presos políticos, critica la Ley de medios y ratifica a los jueces de la corte suprema?


Se convive y comparte un objetivo específico que es sacar al gobierno neoliberal de la casa rosada. Se convive porque hay cuestiones en las que se puede hacer acuerdos en términos de políticas sociales y algunas políticas económicas. Ahora después, hay una disputa al interior del campo popular, para nosotros no fue una buena noticia que Cristina no fuese la candidata, pero tácticamente no había correlación de fuerzas políticas para sostener una candidatura que representara un desafío tan abierto a los sectores de poder (y creo q eso fue lo que pensó ella). Asumimos la relación de fuerzas realmente existentes y lo asumimos como una debilidad.


Dicho eso, el Frente que se conformó tiene potencia, tiene capacidad de disputar la presidencia y tiene capacidad de ganar las elecciones (yo creo que también Cristina las tenía eh) y tiene la posibilidad de sostenerse en un marco regional muy hostil. Un gobierno de mayores niveles de confrontación con los sectores de poder iba a evidentemente ser aislado. Ahora, claramente no es nuestro proyecto. Eso será para más adelante. Hay que ver como el campo popular se va ordenando.



-Después del 10 de diciembre, en caso que gane la fórmula Fernández Fernández ¿Con qué actitud preponderante ves al Frente Patria Grande? ¿Gestionando políticas públicas o luchando en la calle?


La función del Frente Patria Grande no es luchar en la calle, desde la CTEP y el MTE luchamos en la calle y eso lo vamos a hacer. Esto lo hable con Emilio Pérsico y algunos compañeros, no vamos a cometer el mismo error que cometimos antes, de no movilizar para no desestabilizar.Desestabiliza el quietismo y la obsecuencia, desde los movimientos populares vamos a movilizar todos lo días por nuestro programa reivindicativo, por lo menos esa es mi línea.


El Frente Patria Grande tiene una función en la representación político institucional en la que hemos metido un debate sobre el protagonismo de la juventud y de los pobres. Esta Ofelia Fernández que tiene una representación fuerte sobre la juventud porteña. En Provincia de Buenos Aires, no en los mejores lugares de la lista, esta Fede Fagioli que vive en una barriada, esta Nati Zaracho que viene del movimiento cartonero y esta Fernanda Miño, como precandidata a intendenta en San Isidro, una villera de La Cava que es un cuadrazo. En eso hay un trabajo que hay que profundizar, de ser esa correa de trasmisión.


Después, mi posición es que no tenemos que tener cargos en el gobierno, somos circunstancialmente parte del Frente de Todos, ojalá que eso se desarrolle bien y que Alberto desarrolle una personalidad política que nos contenga, aun no lo podemos saber. Pero no necesariamente tenemos que ser parte del gobierno, sí aportar cuadros técnicos para algunas políticas específicas que nosotros proponemos y que son realizables con un gobierno moderado de transición, si ganamos las elecciones.




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