Myriam Bregman y Alejandrina Barry: “Nuestras bancas son puestos de lucha para reforzar la pelea que se define en las calles”.
Por Lucía Herrera
Myriam Bregman y Alejandrina Barry recibieron a Resumen Latinoamericano en su oficina de la Legislatura porteña, en un clima de mucha actividad y entre anécdotas sobre el caos de la campaña electoral, a pesar de lo cual dispusieron tiempo y espacio para la realización de la entrevista.
Ambas tienen mucho en común: una trayectoria de militancia en el Partido de los Trabajadores por el Socialismo (PTS), en la que desarrollaron un fuerte compromiso con las demandas de los y las trabajadoras y con la lucha por los Derechos Humanos, y desde donde integran el Frente de Izquierda junto a otras fuerzas políticas. Este espacio las tiene a la cabeza en las listas porteñas para las próximas elecciones: a Bregman como candidata a diputada nacional y a Barry para legisladora.
En la Legislatura, donde actualmente Bregman ejerce su banca desde diciembre de 2017, juntas llevan adelante la Comisión Especial contra la Violencia Institucional de la cual Barry es directora. Una iniciativa en la que confluyen la labor parlamentaria y la experiencia compartida en Derechos Humanos que arranca en los ’90, con la militancia de Barry en HIJOS y de ambas en el CEPRODH. Comenzamos preguntándoles acerca de cómo este “fogueo” entre los escraches, las grandes movilizaciones contra la impunidad y la represión, y la participación en los juicios de Lesa Humanidad, influye en su trabajo actual. “En Argentina la lucha por los Derechos Humanos es muy importante, nos da una mirada muy crítica sobre las instituciones, un estado de alerta de lo que va a pasar, lo que va a venir. Creo que nos sirvió mucho y por eso las dos le damos tanta importancia al tema antirrepresivo”, afirma Myriam.
Además vos ejercés como abogada en juicios de Lesa Humanidad, ¿qué te aporta esa experiencia?
Bregman: En esto creo que tanto Alejandrina como yo desarrollamos una “obsesión”, que es la demostración de la continuidad del aparato represivo de la Dictadura. Desde hace muchos años y en los distintos espacios que fuimos ocupando trabajamos en esto. Una de las cuestiones concretas que investigamos, por ejemplo, es cuántos miembros de las fuerzas de seguridad de esa época siguen activos. Y una de las situaciones más crueles que me tocó vivir fue cuando averiguamos, tras la segunda desaparición de Julio López, que había 9.026 policías bonaerenses que seguían en funciones desde la Dictadura. Es decir que Julio fue a declarar contra Etchecolatz cuando aún había 9.026 policías activos que habían estado a sus órdenes, y algunos incluso involucrados en la causa.
Barry: Y en la ciudad de Buenos Aires hay 282 efectivos de la dictadura que ahora forman parte de la “Nueva policía de la ciudad”. Ese dato lo conseguimos con mucha insistencia nuestra, esa “obsesión” que mencionó Myriam. Incluso el jefe de gabinete (de la ciudad) nos había asegurado que no había ninguno involucrado en causas de Lesa Humanidad, y a los pocos días, un policía de apellido Sanguinetti fue detenido por el secuestro de dos militantes montoneros en 1977.
Bregman: o sea que la “nueva policía de la ciudad” no es tan nueva, y a esto llegamos por esa experiencia en la lucha por los Derechos Humanos, que atraviesa lo que sucede hoy con el avance represivo en las movilizaciones y nos da elementos para la defensa de los detenidos, que han sido muchos en esta etapa.
Esta continuidad del aparato represivo y lo que han descubierto concretamente sobre los policías que continúan activos, se relaciona con el reclamo histórico sobre la apertura de los archivos de la Dictadura. ¿Tienen algún proyecto al respecto?
Bregman: Estamos trabajando mucho en eso y tenemos importantes novedades, pero aún no podemos adelantarlas. Lo que estamos haciendo en la causa Santucho, con su hijo Mario, y en la causa Walsh con su hija Patricia, junto con Alejandrina también y otros compañeros hijos de desaparecidos, ha dado avances muy reveladores. Tenemos fehacientemente demostrado que existen archivos.
Barry: en mi causa particular lo hemos demostrado ya, y es lo que estamos tomando como precedente.
Bregman: la SIDE, concretamente, guardaba información sobre el papá de Alejandrina.
Barry: era información que yo ya conocía, pero lo importante es que se demostró que ellos la tenían y la conservaban. Sobre esa base trabajamos en las nuevas presentaciones que estamos haciendo.
Con respecto a la Comisión Especial contra la Violencia Institucional, ¿qué logros pueden destacar y qué perspectivas tienen?
Barry: Pudimos darle voz a sectores reprimidos y perseguidos de la ciudad, como los vendedores ambulantes, la juventud –donde particularmente los y las estudiantes secundarios han sido muy hostigados-, los y las trabajadores desocupados, entre otros. Con los vendedores senegaleses, por ejemplo, vivimos una experiencia muy fuerte: los hicimos entrar en la Legislatura, donde era impensable que pudieran entrar, y tuvieron que ser escuchados por todos los legisladores, relatando las situaciones terribles de persecución y de abuso que viven por parte de la policía.
Bregman: Peleamos porque la Comisión se convirtiera en un ámbito de expresión real de todos los conflictos que hay en la ciudad. […] Hace poco en una charla en Villa del Parque, por ejemplo, se nos acercó una chica pidiendo que tomemos la problemática de salud mental, donde también se ejerce una violencia institucional contra los pacientes en los hospitales neuropsiquiátricos. Entonces vemos que este espacio ya tiene una referencia de las distintas violencias que ejerce el Estado, y eso es un logro también.
Barry: La Comisión va a continuar para ponerse al servicio de todos los sectores perseguidos de la ciudad. Pero más allá de la tarea de esta comisión, tenemos otros logros importantes como frenar el tarifazo del subte, obligar a incluir en los padrones a miles de jóvenes menores de 18 años que no aparecían, o más recientemente el pago de los viáticos de las familias de zona sur que deben trasladarse de un barrio a otro para llevar a sus hijos al jardín maternal, porque demostramos que no había la cantidad de vacantes que el gobierno decía.
Bregman: Ahora estamos trabajando con vecinas de la villa 31 que se enfrentan a la supuesta “urbanización” que implica que las obliguen a dejar sus casas donde viven hace años, y con la CTEP en el tema del tratamiento de la basura, entre muchos otras problemáticas sociales que tratamos que tengan expresión y acompañamiento, y que esperamos continuar. Todo esto lo hemos hecho conjugando, articulando, la labor legislativa con nuestra experiencia en Derechos Humanos. Y porque realmente nuestras bancas son puestos de lucha.
Hay también otra lucha de mucha relevancia actual que comparten ambas, que tiene que ver con las demandas feministas. Recientemente hubo una reunión de referentes y candidatas del FIT-Unidad en la cual declararon ser “la única alianza completamente verde” entre las listas vigentes. En este contexto, ¿cómo ven el panorama respecto a la pelea por la legalización del aborto y cómo piensan actuar?
Bregman: Lo vemos muy difícil. Sinceramente, muy difícil. Las listas de los partidos mayoritarios en la ciudad de Buenos Aires fueron más “cuidadas” en ese sentido, pero en las provincias no. En Cambiemos ya sabemos quiénes son: son los clásicos candidatos de la derecha. Pero en las listas del Frente de Todos, por ejemplo en Tucumán las armó el gobernador Manzur, por Tierra del Fuego es candidata Rosana Bertone, una conocida antiderechos, por citar algunos.
Va a estar muy complicado el panorama en ese sentido el año que viene, y por eso subrayamos que nuestra alianza es verde, porque verde significa la libertad de elegir, mientras el pañuelo celeste es imposición: es “yo estoy en contra y no quiero que nadie pueda ejercer su derecho al aborto”. Una lista verde significa que es una lista donde estamos por el derecho a decidir, y que nos comprometemos a que todos y todas, desde el primero hasta el último, va a votar a favor de ese derecho.
En cuanto a la política económica y particularmente frente a la deuda con el FMI, ¿cuál es la propuesta del FIT-Unidad?
Bregman: Nosotros opinamos que la deuda no hay que pagarla. Es una deuda ilegítima, fraudulenta, ilegal. No solo porque proviene de la dictadura militar, sobre lo cual hasta hay un fallo del juez Ballesteros que demuestra eso, y un muy buen libro de Claudio Lozano que explica la absoluta ilegitimidad de la deuda, la de la dictadura y todas las posteriores, y ni hablar de la que tomó Macri, para financiar a sus amigos y para sostener la fuga de capitales. ¿Vamos a pagar el bono a 100 años de Caputo? Yo insisto en que aunque no se coincida con la totalidad de nuestro programa, la deuda ha sido criticada por muchos sectores. Entonces, los opositores de hoy que critican el acuerdo del FMI, como mínimo lo tienen que investigar, y que no salga ni un solo peso, ni un solo dólar, sin saber adónde fue el dinero de la deuda, para qué fue tomada, quién se benefició, etcétera.
Entonces, ¿porqué habría que votar al FIT-Unidad?
Bregman: Creo que un voto al Frente de Izquierda hoy, a esta unidad de la izquierda que hemos logrado ampliar, es un fuerte mensaje político a los poderosos. En un momento donde Macri deja el país en una catástrofe económica y social muy importante, el voto al FIT-Unidad muestra una clara postura de que se deben invertir las prioridades y atender, no a los especuladores y al FMI, sino a las necesidades populares. Entonces creo que, ante todo, es un mensaje político. Y es muy importante que el Frente de Izquierda haga una buena elección porque demostrará que somos miles los y las que pensamos que la prioridad son los derechos de las mujeres, de la juventud, los jubilados y jubiladas. Es más que un voto: en un contexto político como el que está viviendo la Argentina, es tener una postura política clara sobre un proyecto de país.
Además en la ciudad de Buenos Aires tenemos un desafío prioritario, que es que la izquierda vuelva a tener una banca en el Congreso nacional. Esto hace años que no ocurre en parte por la fragmentación, por eso siempre intentamos superarla, aunque pese a todos los esfuerzos no logramos convencer por ejemplo a Luis Zamora, para poder ir juntos en las elecciones. Hemos demostrado en todo este tiempo que nuestras bancas son puestos de lucha, que no estamos ahí para hacer carrerismo personal ni para beneficio propio, sino que verdaderamente se fortalecen las peleas que apoyamos, no solo por los aportes económicos que hacemos destinando los salarios legislativos sino sobre todo porque realmente le ponemos el cuerpo. Las bancas de la izquierda tienen una utilidad muy fuerte para reforzar la pelea que siempre se define en las calles.
Respecto a las especulaciones que circulan ¿Creen que pueda haber mucho corte de boletas que elija a un partido mayoritario para la presidencia y al FIT-Unidad para otros cargos?
Bregman: Veremos. Prefiero no hacer esas especulaciones. Este es un momento de reforzar la lista del FIT-Unidad. Se intenta instalar una polarización muy fuerte y eso elimina cualquier otra opción, lo cual es profundamente antidemocrático. Yo creo que Durán Barba es muy consciente de esto, vive de la polarización, y haríamos muy mal en entrar en ese juego. Por eso estamos haciendo hincapié con Nicolás Del Caño en promover el acompañamiento al FIT-Unidad para dar un mensaje de que somos muchos y muchas quienes queremos algo diferente, que queremos invertir las prioridades de lo que se está discutiendo.
Si eventualmente las elecciones llevaran a un balotaje, ¿qué posición tomará el FIT?
Bregman: Creo que discutir eso ahora también es lo que quiere Durán Barba. Para eliminar alternativas, opciones, y polarizar el juego. Un juego en el que entran muchos, pero nosotros no. Las elecciones tienen etapas, primero vienen las PASO, que tienen un piso proscriptivo del 1,5 por ciento, por lo cual tenés que hacer una muy buena elección para quedar ubicado para las elecciones de octubre. Es el momento para votar verdaderamente con el corazón y por el proyecto que querés. Votar por el “mal menor” nunca ha sido beneficioso para el pueblo trabajador. No es el momento político para discutir eso. Si hay balotaje, llegado el momento lo discutiremos. Del ´94 para acá, hubo uno solo, así que tampoco es algo tan probable. Hasta desde el punto de vista estadístico llama la atención que se haga hincapié en esa discusión. A la izquierda no nos pueden pedir que desaparezcamos, que no planteemos nada. ¿Se supone que nos tenemos que limitar a decir a quién elegiríamos entre dos que supuestamente van a llegar al balotaje? Me parece profundamente antidemocrático. Si se llegara a un balotaje, ahí todas las fuerzas políticas van a tener que discutirlo y todos tendremos que pronunciarnos.
Por otro lado en esta supuesta polarización tenemos que recordar que Macri no gobernó solo. Y entonces cuando se elimina la discusión de quién va al Congreso, también se elimina el saber a quién estás poniendo ahí adentro. Para poder volver a votar la legalización del aborto el año que viene, por ejemplo, es ahora que estamos decidiendo a quiénes ponemos en el Congreso. Ahora en las PASO, y en octubre también. En cambio, en el balotaje todo esto desaparece y permitimos que cualquiera entre al Congreso.
Barry: nosotros hacemos una campaña muy a pulmón, la hacemos nosotros y nosotras,
en la calle. Y la verdad no vemos un clima de discusión entre “el malo y el menos malo”. Vemos mucha avidez por las ideas de la izquierda, mucho apoyo, mucho interés. En la juventud, particularmente hay mucho interés. Y nosotros no queremos que la juventud se resigne, que tenga como única perspectiva votar “el mal menor”, que no se quiera rebelar. No queremos a la juventud disciplinada como la quiere Patricia Bullrich. Muy por el contrario, queremos una juventud que cuestione y que pelee contra todas las injusticias.
FOTOS: IZQUIERDA DIARIO
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