Por Mariana DM
8 de marzo del 2019, las calles de todo el mundo volvieron a pintarse de violeta y verde y a llenarse de mujeres, trans, travestis y no binarixs reclamando, una vez más, por sus derechos. Desde Europa hasta América Latina se alzan los mismos carteles y se elevan los mismos gritos en pos de la igualdad de género, el aborto legal y el derecho a vivir en libertad.
El año pasado, en Argentina, el movimiento feminista vivió un importante proceso de consolidación atravesado, principalmente, por el debate del aborto en el Congreso. Pero también situaciones como la de Thelma Fardín y la consecuente avanzada del Colectivo de Actrices, la masiva movilización por las vergonzosas sentencias a los violadores y asesinos de Lucía Pérez, los multitudinarios reclamos de secundarios por la implementación de la ESI, la Campaña por la separaciòn de la Iglesia y el Estado y la innumerable cantidad de marchas por femicidios contribuyeron a la unión y difusión del feminismo.
Todos estos reclamos, y más, confluyeron en la marcha del pasado viernes. “Niñas no madres”, “Somos el grito de las que ya no tienen voz”, “Sin tierra, techo y trabajo no hay ni una menos” fueron algunas de las frases que acompañaron la marcha. Estas consignas dan cuenta de todos los factores de opresión que sufren las mujeres y disidencias día a día. No es sólo el aborto, es la libre decisión sobre sus cuerpos; no es sólo techo y trabajo, es autonomía económica; no es sólo denunciar las muertes, es que paren de matar. La lucha feminista es sumamente amplia porque la dominación y la violencia machista está en todos lados.
El sistema patriarcal no da respiro pero la marea feminista no se queda quieta. A todo esto hay que sumarle la batalla contra las políticas neoliberales del gobierno de Macri porque, además de luchar por sus vidas, las mujeres también resisten el ajuste y el hambre. Las mujeres son las más golpeadas por el capitalismo y el neoliberalismo. Los escasos $11 destinados a la mujer vìctima de violencia de género en Argentina es sólo una parte; no hay que olvidarse de la precarización y discriminación laboral ni del trabajo no remunerado realizado al interior de sus hogares. Es por eso que cobra tal relevancia este Paro Internacional de Mujeres porque, ineludiblemente, si paran las mujeres, se para el mundo y ellas son conscientes de eso.
Este 8M encuentra a las mujeres más unidas y organizadas y encabezando una transformación social que ya no tiene vuelta atrás. Ya no hay más silencio, no hay más sumisión. El movimiento feminista va por todo.
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