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  • Foto del escritorRevista Resistencias

19F: el aborto vuelve a las calles

Por Mariana Di Mauro


Desde la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito convocan a una nueva movilización el próximo 19 de febrero para exigir, una vez más, que el aborto sea ley. A días de la apertura de las sesiones legislativas, la marea verde volverá a copar las calles y a plantarse frente al Estado para mostrarle que la sociedad exige el aborto legal, seguro y gratuito. La convocatoria está prevista para las 19 hs. frente al Congreso de la Nación donde la Campaña hará la presentación de su proyecto de ley de la Interrupción Voluntaria del Embarazo.


El derecho a decidir sobre sus cuerpos es una demanda que arrastra el movimiento feminista desde hace décadas y se convirtió en un pilar de su lucha. El mandato de la maternidad es uno de los mecanismos de control más arraigados y naturalizados en la sociedad actual. La vida de las mujeres se define en torno a la maternidad. Todavía hay quienes creen que la mujer “vino al mundo” para tener hijxs, y de esa premisa se desprenden miles de mandatos, obligaciones y, por qué no, opresiones sobre el cuerpo, la vida y la psiquis de las mujeres. Las maneras de maternar, porque se puede ser “mejor o peor madre”; el cuidado del propio cuerpo, ya que se pretende que, luego de 9 meses de embarazo y la posterior crianza, mantengas el mismo cuerpo (y si se puede, mejor); y la completa eliminación de la posibilidad del deseo y del goce en el encuentro sexual, porque el único motivo es la procreación, son sólo algunos ejemplos de las demandas a las que, sin saberlo quizás, debe responder toda mujer.


En esta lógica, la vida de la mujer empieza y termina en la maternidad, pero, aun creyendo en esa afirmación, ni siquiera son libres de elegir cuándo, cómo y con quién maternar. Por todo esto, y mucho más, la lucha por el aborto legal es, además del poder decidir sobre sus cuerpos, es poder decidir sobre sus vidas. No sólo hay mujeres que no quieren ser madres, sino que hay quienes quieren ser madres solteras, o con pareja homosexual, o luego de afianzar su vida laboral o profesional, o personas trans o no binaries y miles de posibilidades más. Pero al sistema patriarcal-capitalista no le sirve la mujer libre, autónoma, con poder de decisión, sino quien gesta a lxs hijxs y espera al marido con la casa en orden y la comida lista.


Si se deja de lado la cuestión profesional, la orientación e identidad sexual, así como lo estético, y sólo se piensa en la elección de ser o no madres, todo empeora aún más para las mujeres humildes, con menos posibilidades y completamente olvidadas por el Estado. La frase “las ricas abortan, las pobres mueren” es una síntesis de doble moral y de cómo la condena social y penal se agrava según la condición económica. Las mujeres de los barrios populares, directamente, corren riesgo de muerte si eligen no ser madres, porque están condenadas no sólo a la clandestinidad, sino a pésimas condiciones de salubridad para interrumpir un embarazo no deseado. En la vida de estas mujeres, el patriarcado y el capitalismo se entrecruzan generando una matriz de tal opresión y violencia que, cuando deciden interrumpir un embarazo deben exponerse a situaciones de máximo riesgo para su salud y, en muchos casos, mueren en el intento.


En el 2018 se instaló el debate sobre el aborto, se logró cierta despenalización social y, aunque en las calles se sentía el clamor popular por la legalización, un grupo de dinosaurios se robó la votación y volvieron a condenar a la clandestinidad y a la muerte a miles de mujeres. Los argumentos de “la vida” y del “niño por nacer” que utilizan los anti-derechos, son sólo una parte superficial de lo que en realidad hay por detrás de la penalización del aborto, que es el control sobre la mujer. Es por todo esto que el 19 de febrero, y todos los días que hagan falta, se vuelve a las calles a exigir por el derecho a decidir. La situación no es la misma que hace 2 años y eso genera esperanzas. El presidente Alberto Fernández dio a conocer su postura y su preocupación al respecto y se comprometió a enviar al Congreso “una ley que termine con la penalización del aborto”. A su vez, no hay que olvidarse del avance del movimiento feminista que cada día desestabiliza un poquito más al patriarcado.


Imagen: Ro Ferrer


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